Cine y drogas en el aula

Reflexión sobre el papel del cine en el aula como elemento de prevención de las drogodependencias.
Consideramos que es necesario enseñar a los niños, adolescentes y adultos a adoptar estilos de vida saludables y a tomar conciencia sobre la necesidad de alejarse en la medida de lo posible del consumo de narcóticos. Es necesario que, desde el universo educativo, se tome conciencia de la necesidad de ofrecer un modelo positivo que permita la identificación de los alumnos con el problema y les provoque un rechazo ante el consumo. Por ello la prevención del uso indebido de las drogas pide, por parte de los profesionales de la educación, un compromiso claro a la hora de intervenir. El problema es que, en muchas ocasiones, los docentes carecen de los recursos y las estrategias adecuadas para hacer frente a este compromiso.
Dentro de la educación orientada hacia la prevención de las drogas, nuestra intervención no se ha de limitar únicamente al tratamiento del problema: también tiene que centrarse en ámbitos relacionados con la formación integral del individuo. Temas relacionados como la responsabilidad individual, el intercambio de ideas y experiencias, la toma de decisiones, la solidaridad, las relaciones interpersonales, la tolerancia y la autoestima no se pueden dejar de lado. Desde nuestro punto de vista, todo ello se puede hacer a partir de las películas y el enorme potencial formativo que ellas tienen.

Existen dos filosofías divergentes a la hora de abordar la prevención de las drogas a través del cine. Por un lado están aquellos que abogan por tratar el tema desde un punto de vista indirecto y transversal. Estas personas no consideran recomendable que las películas proyectadas afronten el problema de forma explícita. Ellos prefieren seleccionar una tipología de títulos en los que se vean reflejados valores de carácter universal para, a partir de ahí, incidir sobre determinados temas que consideran fundamentales dentro del área de la prevención. Estos educadores no consideran positivo que los alumnos vean cómo actúan, afectan o inciden las drogas sobre los protagonistas; lo consideran demasiado explícito e innecesario.
La otra tendencia es trabajar el tema de forma directa a través de filmes que tienen a las drogas como eje central del argumento. En este caso se busca ofrecer a los alumnos referentes con los que puedan empatizar y se sientan identificados; historias en las que se observen las consecuencias que causa el consumo de estupefacientes y los efectos psicológicos y sociales que tienen sobre los adictos.
Nosotros creemos que es mucho más efectiva esta segunda línea de trabajo, ya que con ella aprovechamos la gran virtud que tiene el medio cinematográfico: la capacidad de provocar cambios a través de las emociones que emana la pantalla.
El cine es un aula inmensa gracias a la que todos nosotros aprendemos cosas nuevas. Las emociones que desprende la pantalla ayudan a formarnos, nos permiten reflexionar sobre todo aquello que nos interesa, nos facilita una visión del mundo mucho menos egocéntrica, más abierta y generosa. La gran aportación del séptimo arte es y será su capacidad de hacernos pensar y reflexionar sobre las particularidades del mundo en el que nos ha tocado vivir. Y qué mejor que hacerlo a partir de la visión que nos ofrecen las personas que viven y sueñan en él, que intentan mostrar, en definitiva, que el mundo es mucho más grande y complejo de lo que imaginamos.

Autor: Nacho Jarne Esparcia
Nacho Jarne Esparcia es profesor de Tecnología Educativa de la Universidad de Barcelona.