El Planeta del Tesoro

Artículo publicado en el número 14 de la revista Making Of
Artículo publicado en el número 14 de la revista Making Of

El Planeta del Tesoro es la última producción de Walt Disney Pictures que ha llegado a nuestras pantallas. Se trata de una libre adaptación del clásico de la literatura de aventuras “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson. Un gran espectáculo visual destinado a todos los públicos que, además, presenta grandes posibilidades a nivel didáctico, como comenta nuestro colaborador Raül Mercadal en este artículo.

Los antecedentes

Robert Louis Stevenson nació en Escocia en 1850. A la edad de 33 años, publicó su primera novela: “La isla del tesoro”. Anteriormente, esta trepidante historia de aventuras apareció por capítulos, entre octubre de 1881 y enero de 1882, en Young Folks, una revista para niños. El escritor se inspiró en el mapa de una isla imaginaria que había dibujado para su hijastro Lloyd y sus lecturas infantiles para crear una de las obras cumbres de la literatura juvenil. También le influyeron sus aventuras en el faro de su padre y un viaje que hizo a la costa de California. Se dice que para el personaje de John Silver se inspiró en su amigo W.E. Henley, que irradiaba energía y vitalidad a pesar de sufrir una minusvalía. Una curiosidad: el título original del libro era “The Sea-Cook” (El cocinero del mar), pero al final se decidió por “Treasure Island” (La isla del tesoro).

Este novelista escocés se convirtió en un mito de la literatura gracias a la profundidad psicológica y la ambigüedad moral de los personajes de sus obras que muchas veces trataban temas sobrenaturales. De entre sus libros más conocidos, se puede destacar: “Secuestrado” (1886), “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” (1886) y “El barón de Ballantrae” (1889), además de “La isla del tesoro” (1883). Robert Louis Stevenson murió en diciembre de 1894, a los 44  años, tras sufrir una hemorragia cerebral cuando se encontraba en el archipiélago de Samoa.

Desde el nacimiento del cine, se han realizado diversas adaptaciones de “La isla del tesoro”. La primera de ellas fue una película estadounidense de 1912, en blanco y negro y muda, protagonizada por Mary Fuller. Desde este primer salto a la gran pantalla, la opera prima de Stevenson se ha convertido en celuloide en más de una decena de ocasiones con desigual resultado. Además, se han hecho multitud de telefilms y series para televisión.

La idea de El Planeta del Tesoro fue concebida por Ron Clements hace 17 años. Este director, productor y guionista entró en la plantilla de la Disney en 1976 y hasta el momento ha dirigido cinco films: Basil, el ratón detective (1986), La sirenita (1989), Aladdin (1992), Hércules (1997) y El Planeta del Tesoro (2002). Aunque despertó mucho interés entre los dirigentes de la Disney, el proyecto titulado originariamente “Treasure Island in space” (La Isla del Tesoro en el espacio) fue postergado hasta 1997. La realización de este film ha durado cuatro años y medio. La animación principal de la película empezó el año 2000 y el equipo técnico fue creciendo hasta llegar a los 350 artistas, animadores y técnicos.

Un aspecto a destacar de El Planeta del Tesoro es la utilización de espectaculares novedades tecnológicas en el campo de la animación. Este film combina la animación artesanal con elementos generados por ordenador de gran calidad. La mayoría de personajes se han dibujado a mano, con la excepción de John Silver (que se realizó con una mezcla de dibujo manual y generado por ordenador) y el robot B.E.N. (concebido totalmente de forma digital). Una de las novedades técnicas presentes en este largometraje es el “deep canvas” (lienzo profundo) que consiste en dibujar figuras geométricas y en 3 dimensiones, y añadirles pinceladas de pintura que se adhieren a distintos puntos en el espacio. Este proceso sólo puede ser utilizado una vez en cada escena y la pintura no se puede modificar ni retocar. Aunque es una técnica ya empleada en Tarzán (1999), es en El Planeta del Tesoro donde, hasta el momento, se le ha sacado más partido ya que el 75% de la película incluye algún tipo de elemento “deep canvas”. Otra novedad técnica a destacar son los “platós virtuales” que crean ambientaciones tridimensionales que se pueden ajustar a distintos niveles de iluminación y utilizarse multitud de veces. Según los realizadores, estas nuevas técnicas de animación abren un mayor abanico de posibilidades a la hora de desarrollar el escenario.

Otra característica destacable es el diseño artístico. Los directores, Ron Clementes y John Musker, sugirieron un enfoque “70-30” para la dirección artística, es decir, el 70% de los platós y accesorios se inspiran en el pasado (sobre todo películas y libros de piratas ambientados en el s.XVIII) y el 30% restante en el futuro (conceptos propios de la ciencia ficción). El director artístico Andy Baskill se inspiró en la escuela de pintores Brandywine, en la que se incluyen artistas tan famosos como Howard Pyle, N.C. Wyeth y Maxfield Parrish, para la concepción visual del film.

Finalmente, merece atención especial la música y los dobladores elegidos. La banda sonora corre a cargo de James Newton Howard, que ya compuso la música de Dinosaurio (2000) y Atlantis, el imperio perdido (2001). Según el productor Roy Conli, se trata de una obra “romántica dentro de la tradición de las grandes bandas sonoras de capa y espada de Erich Wolfgang Korngold de films como El capitán Blood y The Seahawk”. Además, el largometraje incluye dos canciones de John Rzeznik, “I´m still here” y “Always know who you are”. Álex Ubago ha sido el artista elegido por la Disney para interpretar la versión española de la canción “I´m still here”, traducida como “Sigo aquí”. En lo referente a la elección de dobladores, cabe destacar la presencia de Josema Yuste, ex-componente del dúo humorístico Martes y 13, como la voz del robot B.E.N. Este reconocido actor ya había trabajado anteriormente doblando otro personaje de Disney: suya era la voz del genio de Aladdin (1992).

La historia

Jim es un chaval de 15 años que ha perdido a su padre y no consigue encontrar su lugar en el universo. Se trata de un adolescente solitario que escapa de la rutina diaria ayudando a su madre en la fonda Benbow del planeta Montressor y surfeando las nubes en una tabla de surf solar que él mismo ha fabricado. Su vida da un giro cuando un barco espacial naufraga cerca de la fonda. De entre los restos del accidente, aparece Billy Bones, un alocado alienígena con aspecto de tortuga, obsesionado con un robot que le persigue para cortarle en pedazos. Cuando Bones exhala su último aliento, un grupo de piratas asalta el mesón y lo ponen patas arriba buscando un cofre del alienígena muerto. La fonda Benbow queda completamente destrozada, pero Jim y su madre pueden huir llevándose consigo el misterioso tesoro de Bones.

Se refugian en la casa del doctor Delbert Doppler, un astrofísico amigo de la madre, y abren el cofre. El arcón está lleno de esferas metálicas de oro con unas extrañas inscripciones. Al juguetear con ellas, Jim hace aparecer una imagen holográfica en tres dimensiones. Resulta ser un mapa del planeta verde fluorescente de dos órbitas conocido como El Planeta del Tesoro, donde se encuentra la cueva en la que el capitán Flint escondió el legendario tesoro “El botín de los mil mundos”.

Con la intención de ayudar a su madre a reconstruir la fonda, Jim decide ir en busca del tesoro del capitán Flint. Doppler financia la expedición y se dirigen a Crescentia, un puerto espacial con forma de luna creciente. Allí ven por primera vez el RSL Legacy, un impresionante galeón espacial comandado por la capitana Amelia, una bella alienígena de aspecto felino. La tripulante asigna a Jim a galeras, donde conoce a John Silver, el carismático cocinero robot del barco, y a su mascota Morph, un ente protoplasmático capaz de adoptar la forma de cualquier objeto o ser que desee. Enseguida Jim sospecha que el cocinero es el robot que perseguía a Billy Bones.

El viaje les acarrea todo tipo de aventuras, como una bandada de Orcus Galactici (ballenas gigantes que vuelan por el espacio) y una supernova que se transforma en un agujero negro mortal. Pero los problemas reales empiezan cuando Silver provoca un motín. Jim, la capitana Amelia y Doppler consiguen escapar en una lancha y naufragan en el Planeta del Tesoro, pero los piratas del cocinero robot les siguen de cerca...

Nuestra opinión

La última producción de Walt Disney Pictures que ha llegado a nuestras pantallas puede definirse como un espectáculo visual de primer orden. Gracias a las novedades técnicas introducidas en esta película de animación y a la trabajada dirección artística, su visionado nos transporta a un cuento de aventuras de piratas situado en el espacio, cuidado hasta el detalle.

Con 25 años como animadores en la Disney, Ron Clements y John Musker consiguen dotar a El Planeta del Tesoro de una fuerza visual innegable que maravillará a todos los espectadores. Se trata de la puesta al día para las nuevas generaciones de un clásico de la literatura totalmente imperecedero al tratar temas universales como la amistad, la voluntad, la avaricia, etc.

El adjetivo más definitorio de esta producción es espectacular. Gracias a tecnología como el “deep canvas” o los “platós virtuales”, nos vemos inmersos en un entorno de dibujos animados con fondos en tres dimensiones que, aunque de talante fantástico, resulta “veraz” por lo cuidado de sus detalles.

Otro punto positivo en El Planeta del Tesoro es la inclusión de tan sólo dos canciones en todo el metraje. Según mi entender, convertir un film de dibujos animados en un musical ya empieza a estar un poco pasado de moda y resulta  muy cargante. Desde aquí mi enhorabuena a la Disney por primar el ritmo narrativo frente a una retahíla de canciones injustificadas y repetitivas que molestan más que alegran.

El único pero a este largometraje reside en su previsible desarrollo si has leído el libro de Stevenson. Aunque se sitúa la acción en el espacio durante el S.XXXI, la trama del film se mantiene a grandes rasgos como la de “La isla del tesoro”, cambiando sólo el envoltorio no el contenido. Lo curioso del caso es que no creo que los jóvenes espectadores de este film de la Disney hayan leído la obra maestra de Stevenson, por lo que su visionado no supondrá ningún trauma a unos espectadores acostumbrados a refritos y adaptaciones de adaptaciones.

Acabar sólo conminando a la productora Walt Disney a que continúe inspirándose “en la mitología, las leyendas y el folclore popular, en historias reales y también en grandes obras literarias”, como dice su presidente Thomas Schumacher, pero que también presente obras más vanguardistas y totalemente originales, ya que la competencia dentro del mundo de la animación es cada vez más numerosa y más creativa, como ha demostrado Pixar, Studio Ghibli, etc.

Visión didáctica del film

El Planeta del Tesoro es un film con grandes posibilidades didácticas como ya hemos comentado al comienzo de este artículo. Sobre todo, es muy recomendable para alumnos de Primaria y Secundaria, ya que los temas son presentados de una manera directa y entendible para todo el mundo.

Antes de presentar las áreas curriculares donde recomendamos aplicar este film, debemos contestar a una serie de preguntas antes del visionado de la película que ayudarán a que el trabajo con ésta sea más concreto. Así, antes de la proyección hay que cuestionarse sobre:

  • ¿Cuál es el principal tema tratado y qué mensaje nos quiere hacer llegar esta producción?
  • ¿Qué estereotipos son representados por los personajes y qué papel juegan en el desarrollo de la trama?
  • Introducir la obra de Robert Louis Stevenson y comentar otras novelas suyas que han dado el salto a la gran pantalla.
  • Busca las características básicas, tanto de contenido como de formato, de las producciones de la productora de animación Walt Disney Pictures.
  • Estudiar en qué consisten las nuevas tecnologías en el campo de la animación presentadas en este film.Una vez respondidas todas estas preguntas, se puede pasar al trabajo en las áreas específicas que os vamos a comentar a continuación. Únicamente recordaros que es el docente el que tiene la última palabra en cuanto a la utilización de este film en el aula. Desde aquí, sólo podemos recomendaros una serie de áreas que creemos adecuadas para la utilización de este interesante largometraje dentro del currículo escolar. Resumiendo, creemos que esta cinta podría utilizarse en las siguientes áreas:

Lengua y Literatura

La película es una adaptación del clásico de la literatura de piratas de Robert Louis Stevenson. Sería interesante repasar la vida y obra de tan insigne escritor escocés, destacando obras como “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” (1886) y “El barón de Ballantrae” (1889). También resultaría producente estudiar otras muestras de literatura de piratas y escribir un pequeño relato de este género en el que estén presentes sus características definitorias.

Paralelamente, comparar el relato original con la adaptación “al espacio” de la Walt Disney Pictures. Primeramente para mostrar los cambios formales que ha supuesto esta modernización del relato y, en segundo lugar, para ver las diferencias que se producen entre lenguaje visual y escrito.

Conocimiento del Medio Social

Este largometraje, aunque situado en un futuro lejano, nos muestra el modelo social imperante en la zona del Caribe durante el s. XVIII. Busca sus características intrínsecas y encuentra los paralelismos entre la sociedad presentada por Stevenson y la de Clements y Musker.

También sería interesante destacar las interacciones personales que se muestran en este film, tanto entre grupos sociales (marineros, piratas, mesoneros, astrofísicos, etc.) como entre individuos (Jim, John Silver, Delbert Doppler, la capitana Amelia, etc.)

Tecnología

Nos encontramos ante un hito de la animación moderna a nivel técnico. Las nuevas mejoras en la tecnología aplicada al campo de la animación presentadas en El Planeta del Tesoro son totalmente revolucionarias, debido sobre todo a su masiva utilización en este film. Busca información sobre estas modernas técnicas de animación en 3D y compáralas con las producciones realizadas hasta la fecha.

Estudia las diferentes escuelas dentro del mundo de la animación. Céntrate básicamente en las diferencias existentes entre la tradición norteamericana (Disney, UPA y, ahora, Pixar) y la oriental (estudiando el caso del Estudio Ghibli).

Educación en valores

Esta área curricular puede utilizar gran cantidad de material presente en este film de Ron Clements y John Musker. Concretamente, están presentes temas como la amistad, la avaricia, el afán de superación, la lealtad, la esperanza, etc.

Es muy importante estudiar en profundidad la relación que se establece entre el adolescente Jim y el cocinero John Silver, verdadero motor de la trama y un tesoro en cuanto a desarrollo de relación interpersonal.

Hasta aquí este breve repaso a El Planeta del Tesoro que creemos puede serviros como base para realizar un trabajo educativo en clase con este film. Nos quedan muchas cosas en el tintero pero creemos que este esbozo demuestra las posibilidades didácticas de este largometraje.

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Autor: Raül Mercadal Orfila

Raül Mercadal Orfila es licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y responsable de redacción de las revistas Comunicación y Pedagogía y Making Of.


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