Entrevista a Maite Ruiz de Austri

Escritora, guionista y directora de cine y televisión española, especializada en programas para niños y jóvenes.

Maite Ruiz de Austri es guionista y directora de cine y televisión, especializada en programas para niños y jóvenes. Es la única mujer directora de largometrajes de animación del cine español. Hasta el momento ha dirigido seis películas y una serie para televisión. Pertenece a CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas) y es miembro de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de España.
Entre los numerosos e importantes galardones que Maite Ruiz de Austri ha recibido en su dilatada carrera destacan dos Premios Goya a la mejor película de animación por El regreso del viento del norte (1995) y por "¡Qué vecinos tan animales!” (1999), dos medallas de Oro en The Houston International Film Festival y las medallas de plata y bronce en The New York TV Festival. Además ha dirigido La leyenda del viento del norte (1992), La leyenda del unicornio (2001), Animal Channel (2008), El tesoro del rey Midas (2010) y El extraordinario viaje de Lucius Dumb (2013). Últimamente ha guionizado y producido La bola dorada (2018).
Como dirían los Blogmaníacos cuando les iba a visitar un científico, un director de cine o un político, “queremos hacer un tercer grado a nuestro personaje”. Comenzaremos por aquellas preguntas sencillas que nos van situando en la vida de quien queremos ir conociendo un poco mejor. ¿Nombre? Profesión y edad si no es una cuestión secreta.
Me llamo Maite Ruiz de Austri y nací en el 59.
¿Actualmente en qué estás trabajando y dónde?
En estos momentos estoy trabajando en varios proyectos. Todos muy diferentes y todos, para mí, muy estimulantes. Estoy trabajando en el guion de una película para teenagers, pensada para imagen real: siempre he pensado que hay que hay pocas películas de ficción para niños y me he puesto manos a la obra, que en cine es decir manos en el teclado. También estoy en la fase de desarrollo de un documental sobre un personaje muy especial que vivió en Vitoria en el siglo XIX, Manuel Iradier y Bulfy, uno de los exploradores españoles más importantes de esa época en la que aún había muchos espacios en blanco en los mapas del mundo y que dirigió sus pasos hacia Guinea Ecuatorial por consejo del famoso Stanley, aquel que dijo la famosa frase “El doctor Livingstone, supongo” al encontrar al otro explorador, el doctor Livingstone, a orillas del lago Tanganika… Una historia fascinante y desconocida para casi todo el mundo. Y también soy presidenta de la Asociación de productores de contenidos audiovisuales de Álava. Somos muy pocas las mujeres que nos dedicamos a escribir, dirigir y producir cine, por eso, desde mi puesto, intento promocionar todo lo que puedo a las mujeres en este ámbito profesional. Y esto también es fascinante. Hay mucho talento y proyectos que sacar adelante y estoy empeñada en poner mi granito de arena para empujarlos.

Nos ha resultado sorprendente que una mujer, sea directora de animación infantil. ¿Te importaría contarnos los títulos y cómo llegaron esas oportunidades?
He dirigido y escrito seis películas de animación: El regreso del viento del norte, La leyenda del unicornio, ¡Qué vecinos tan animales!, Animal Channel, El tesoro del rey Midas y El extraordinario viaje de Lucius Dumb.
También he escrito y dirigido una serie de animación de 12 episodios de media hora cada uno titulada La leyenda del viento del norte y soy la productora ejecutiva de un largometraje de ficción en imagen real titulado La bola dorada.
Curiosamente, la oportunidad de dirigir mi primer largometraje de animación surgió después de haber trabajado en los guiones y la producción de la serie documental sobre la historia mundial del cómic, titulada Cómic, Noveno Arte. También de 13 episodios y una segunda serie de otros 13 episodios para televisión titulada Grandes Maestros del Cómic. La verdad es que son series que tuvieron éxito, Cómic, Noveno Arte se emitió en el estreno del canal Arte de la alemana ZDF y eso abrió muchas puertas. También tuvo que ver que en ambos casos las producciones funcionaron muy bien económicamente y fueron muchas las televisiones que las compraron y las emitieron. Después, para poner el pie cada proyecto ha habido que trabajar mucho. Nunca ha sido fácil.
Ahora pasaremos a un segundo grado… ¿Qué te llevó a hacer animación si empezaste siendo maestra?
La animación es una herramienta que siempre me ha gustado a la hora de transmitir cosas: historias, conocimientos, valores. Es un lenguaje que te permite contar de manera realista pero también fantástica. Todo cabe en sus códigos.
¿Cuántas veces has tenido los “nervios” del Goya? ¿Tienes alguno en casa?
Es absolutamente imprescindible tomarse
en serio la alfabetización de todos los niños
en el lenguaje audiovisual
Nervios, lo que se dice nervios, siempre porque si estás nominada… todo puede ser. Y todas mis pelis han estado entre las cuatro nominadas finales. Pero recuerdo especialmente cuando conseguí el Goya con ¡Qué vecinos tan animales! Supongo que debieron ser los nervios pero me produjeron unos dolores de estómago tan fuertes que pensé que tendría que irme a casa después de recoger el Goya. Afortunadamente se acabó pasando y pude disfrutar de la fiesta, pero fue tremendo. Por el momento tengo un par de ellos en la estantería.
¿Qué opinas de esa discusión social acerca de que las carreras artísticas no tienen salida profesional?
Bueno, sólo hay que mirar las estadísticas. Las industrias culturales, en las que se incluyen las profesiones artísticas, son la segunda industria más potente, después de la de armamento, en el mundo.

¿Crees que la visión que se ha ofrecido en la animación ha ayudado o por el contrario ha puesto impedimentos a trabajar una mirada crítica que transforme la sociedad en asignación de roles y valores por ejemplo?
Hay de todo, pero en general creo que ha ayudado a dar una visión muy conservadora del papel de la mujer en la sociedad y de los roles de actuación que se proponen a las niñas. Por mi parte, mis protagonistas han sido mujeres (o niñas) fuertes y líderes. Creo que es imprescindible que las niñas encuentren modelos y siempre lo he tenido en cuenta a la hora de escribir mis historias.
¿Qué papel han desempeñado tus hijos o sus amigos en tus películas?
Mis hijos han tenido un gran papel porque han vivido todo el proceso artístico y técnico conmigo en cada una de las películas. Siempre he tenido muy en cuenta sus comentarios. Han opinado desde los bocetos de los personajes hasta la música de cada una de las películas. Y la verdad es que siempre he escuchado con interés sus sugerencias, porque nunca he perdido de vista que sus impresiones eran las de los futuros espectadores de cada película.
Ya en el tercer grado, más íntimo y cercano... ¿Crees que habría que cambiar el modelo de actividades de clase para introducir el acudir al cine con los compañeros y aprender a mirar las películas y los cortos con otros elementos de conocimiento de los que aparecen en la pantalla?
Creo que es absolutamente imprescindible tomarse en serio la alfabetización de todos los niños en el lenguaje audiovisual. Nunca como ahora nos hemos visto expuestos a la influencia de los medios audiovisuales y a sus mensajes y contenidos. Desde los móviles a los ordenadores, la televisión, Internet… vivimos literalmente zambullidos en el medio audiovisual, consumiendo constantemente sus mensajes que, no lo olvidemos, no son ni casuales ni inocuos; sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con el lenguaje escrito y leído, cuanto más audiovisual consumimos, no aumentamos nuestras competencias, per se, en el conocimiento de los códigos que lo conforman.
No conocemos nada y digo nada porque, salvo los profesionales y los alfabetizados en el lenguaje audiovisual, nadie conoce los códigos de este lenguaje omnipresente que entendemos pero que no somos capaces de utilizar ni de descodificar. Eso tiene consecuencias en el grado de libertad de las personas. Si no conoces los códigos, si no conoces en qué consiste el lenguaje audiovisual y cómo se construyen los códigos que utiliza para construir discursos emocionales, no puedes elegir libremente. Te conviertes en un usuario rehén que no conoce las técnicas que se han utilizado para hacerte sentir emociones, es más, que ni siquiera sabe que existen técnicas para conseguir ese objetivo. Eso es lo que evitaría la alfabetización en el lenguaje audiovisual. Creo que, probablemente, sea la gran asignatura pendiente de esta década. Y desde luego una responsabilidad que tenemos con la educación de los más pequeños.
¿Consideras que el cine puede ayudar a construir otros relatos en relación a temas de inclusión social?
Estoy convencida, de la misma manera que contribuye a fomentar valores, usos y costumbres. Todos conocemos ejemplos de películas que han implantado modas y/o cambiado costumbres y usos sociales. ¿Cómo? A través de las emociones, desde luego.

¿Qué tres acciones recomiendas emprender en las aulas para que los alumnos se inicien en producir sus cortos de animación?
La primera es que vean muchos cortos. Los profesores y profesoras que los acompañen en esta fase de su formación audiovisual sabrán guiarles a través de los festivales y de producciones hechas por profesionales y por escolares como ellos. Viendo se aprende muchísimo.
La segunda es que no se obsesionen con los botones. Al comienzo todos quieren llevar la cámara o ser el director o la directora. Es bueno que conozcan todas las fases de todos los trabajos y profesiones necesarias para producir un cortometraje. Empezando por la idea y el guion. También se aprende de cada una de estas profesiones viendo películas y obras terminadas. Un visionado en el que se analiza un guion es diferente de si se está analizando otras cosas como los movimientos de cámara o el tipo de planos o el montaje.
Que participen en los certámenes y presenten a concurso sus obras. Sin miedo, sin vergüenzas, con la mirada curiosa. Hay que exponerse y comparar. Así también se aprende mucho y, en algunas ocasiones, uno ve con satisfacción que no sólo está a la altura de lo que se hace en otros lugares o países, sino que, a veces, se mejora.
Ahora, por último, añade lo que sería tu mensaje a los lectores para ese …YOU CAN DO IT…
No esperes a que te vengan a buscar, sigue tu camino. Ponte un objetivo y trabaja. No es seguro que lo vayas a conseguir, ni siquiera si ese camino te llevará cerca de él, pero seguro que el destino será sorprendente e ilusionante. Y aunque diferente, siempre mucho mejor de lo que podría haber esperado.
Si eres capaz de disfrutar del visionado de un corto, eres capaz de hacer el tuyo. Sólo necesitas herramientas, que te enseñen a usarlas y meterle horas. ¡Ah! Y tienes que aprender no sólo a trabajar en equipo… tienes que aprender a disfrutar trabajando en equipo. Y lo mejor de todo es que ya verás que eso está garantizado.
Muchas gracias, Maite.

Autor: Mercedes Ruiz Casas
Mercedes Ruiz Casas es maestra, psicopedagoga por la UOC, Master de TIC y Educación por la UOC y en proceso de redacción de tesis doctoral relacionada con la cultura 2.0. Coordinadora desde hace diez años de Planes Audiovisuales que se recogen en la red social Cero en conducta.