Homenaje al escritor Gianni Rodari en la Escuela Italiana de Madrid

La Scuola Italiana de Madrid, con motivo del veinticinco aniversario de la muerte del escritor, pedagogo y periodista italiano Gianni Rodari, dedica este curso escolar 2005-2006 diferentes actos a recordar su figura. En este artículo, Maria Giulia Serpi nos habla del reconocido escritor y de una de las experiencias llevadas a cabo en el centro: una exposición sobre El planeta de los árboles de Navidad.
Su biografía
La Scuola Italiana de Madrid desea dedicar este año un homenaje al escritor italiano Gianni Rodari, con motivo del 25° aniversario de su muerte.
Gianni Rodari, conocido sobre todo como escritor italiano de libros infantiles, nació en Omega (Piamente) el 23 de Octubre de 1920.
Sus padres eran panaderos. Fue criado por una nodriza y con nueve años, después de morirse su padre, enviado a vivir con su tía.
Permaneció hasta los 14 años en un seminario, obteniendo más tarde una beca para seguir estudiando, aunque siempre quiso ser músico. Se ganó la vida dando clases particulares y cuando Italia entró activamente en la guerra mundial, Rodari fue rechazado por el ejército debido a su mala salud.
Continuó trabajando de maestro hasta que, a través de su vinculación con el Partido Comunista Italiano, comenzó en el periodismo editando el periódico Cinque Punte y siendo Director de L'Ordene nuevo de Varese, se dedicó casi exclusivamente al periodismo comprometido, y poquito a poco, a través de este ejercicio, se fue acercando al mundo de la literatura.
Al principio firmaba con el seudónimo de Francesco Aricocchi, con el cual publicó una recopilación de leyendas populares, Leyendas de nuestra tierra, y dos cuentos de corte fantástico, El Beso y La Señorita Bibiana.
Posteriormente, siendo cronista del periódico l'Unitá, descubrió su vocación de escritor para niños. De allí nacen sus primeras coplas y retahílas cargadas de humor, ligadas a la corriente de la poesía popular italiana y apreciadas por los grandes y por los pequeños.
En los años 60, Rodari recorre las escuelas italianas “para contar historias y responder a las preguntas de los niños. Porque siempre hay un niño que pr egunta cómo se inventan las historias”, y el cree que “se merece una respuesta honesta”.
Esta actividad, como lo explica Rodari en el “Prefacio”, culminó en la escritura de Gramática de la fantasía, en 1973.
Rodari comenta su obra con actitud muy humilde: “No representa ni la tentativa de fundar una fantástica en toda regla, lista para ser enseñada y estudiada en la escuela como la geometría, ni tampoco un teoría completa de la imaginación y de la invención, para la cual se necesitaría otro aliento y alguien menos ignorante. No es tampoco un ensayo. No sé exactamente qué es. Se habla aquí de algunas formas de inventar historias para niños y de cómo ayudarles a inventarlas ellos solos: pero quién sabe cuántas otras formas se podrían encontrar. Trata sólo de la invención por medio de palabras y apenas sugiere, sin profundizar, que estas técnicas podrían ser fácilmente adaptadas a otros lenguajes”.
Lo que espero es, que este homenaje que se celebra este año pueda ser igualmente útil no sólo a quien cree en la necesidad de que la imaginación ocupe un lugar en la educación; sino también a quien tiene confianza en la creatividad infantil y a quien conoce el valor de liberación que pueden tener las palabras.
A través del contacto directo con los niños Gianni Rodari observa y toma apuntes, intentando descubrir los procedimientos que utilizan en su arte de crear historias.
El binomio fantástico, la mezcla de fábulas, la parodia, el “que pasaría si...”, las adivinanzas, los “por qué...” Con todo esto inventan y producen historias, juegan con las palabras y crean nuevos mundos, desarrollan su capacidad de imaginación, comprenden y actúan sobre la realidad.
Escritor, periodista, pero también militante político, maestro y pedagogo, para Gianni Rodari, todas estas actividades forman parte de una misma militancia, la de abrir en el mundo un espacio para la imaginación creadora, la de permitir a los niños desatar su fantasía estimulando su mundo imaginario.
La fantasía, de hecho, es la base de cualquier aprendizaje, sirve para crear hipótesis. Y esto lo necesita tanto el matemático como el científico. La fantasía es un recurso necesario para explorar la realidad. La lengua no es algo separado de las disciplinas, es el aire en el cual viven las que llamamos materias.
La mente en realidad es una sola, la función de la imaginación pertenece a todos, es incluso elemento necesario para la vida cotidiana.
Para hacer cambios en la sociedad se necesitan hombres y mujeres creativos, que sepan utilizar su imaginación.
“Creatividad” e “Imaginación” son sinónimos de pensamiento divergente. Quien es creativo es capaz de romper esquemas, posee una mente que trabaja siempre y continuamente hace preguntas. Una mente creativa es capaz
de juicio autónomo e independiente, produce y crea valores y cultura.
En 1970 Rodari recibe el mejor regalo para un escritor de literatura destinada a los niños, el premio internacional Hans Cristian Andersen.
Gianni Rodari murió diez años después, el 14 de Abril de 1980.
Su pensamiento pedagógico
La Scuola Italiana de Madrid desea dedicar este año un homenaje al escritor italiano Gianni Rodari, con motivo del 25° aniversario de su muerte.
Se trata, sin duda, de nuestro escritor más importante para la infancia y no sólo por ser el autor más poético, imaginativo y divertido, sino porque, más que ningún otro, ha innovado y revolucionado la relación escritor-niño.
Desde los años 50 hasta 1966 Rodari escribe sus libros más originales, rompiendo con una tradición de literatura infantil italiana moralista y “piccolo borghese”, abriendo así, en la Italia democrática y republicana, el camino hacia una moderna literatura infantil.
Es evidente que en la concepción pedagógica de Rodari la fantasía y la creatividad ocupan el papel principal. Para Rodari la función creadora de la imaginación es esencial tanto para el niño y el adolescente como para el ser humano y una condición necesaria para la vida cotidiana de todos.
La alianza entre sociedad, familia, escuela, en clave creadora y no represiva, es un instrumento para darle un papel nuevo al alumno. El papel de “piccolo uomo” creador, productor, investigador, en vez del papel tradicionalmente pasivo, que asume de nuevo ante los mass media.
Tras el gran período creativo de los años 50 y 60, Rodari enfoca su atención en la magia de la palabra, en el lenguaje, en el léxico que dice siempre algo más de lo que parece decir literalmente.
Junto a este Rodari más formal está el Rodari divergente, que enciende la fantasía de los niños y jóvenes para alejarles de la homologación cultural y de la vana literatura lúdica.
En la Grammatica della fantasia, nos da a entender que si interrogamos con las palabras las cosas, éstas no sólo “nos cuentan secretos” de “una escuela grande como el mundo”, sino que nos infunden vida, porque están dentro de nosotros, en nuestra memoria y en nuestras experiencias vitales.
A veinticinco años de distancia, éste podría ser el núcleo teórico de este proyecto: la filosofía lingüística de Gianni Rodari y el poder creativo e imaginativo de la palabra, una herencia preciosa para quien enseña y para quien estudia,
en la escuela y en la vida.
Gianni Rodari nos dejó hace 25 años.
A nosotros nos queda, desde el espacio que cada uno ocupa, en el respeto de los valores de todos, ser los continuadores de los principios que en sus libros nos ha dado, siguiendo sus propuestas, su búsqueda, sus sugerencias más innovadoras.
Empezamos nuestro homenaje con una exposición
La Escuela Italiana de Madrid rinde su homenaje a este gran escritor para la infancia con un primer trabajo colectivo, una bonita exposición con la participación de los niños de Infantil, Primaria y Secundaria: El planeta de los árboles de Navidad.
Gianni Rodari escribió este libro en 1962, cuando muchos de nosotros aún no sabíamos leer.
Rodari hace en él una delicada reflexión, para nada gratuita, sobre los mundos posibles y los mundos mejores.
Se cuenta el sueño de un niño, Marco, que llega a un extraño planeta donde siempre es Navidad, la semana dura tres días (un sábado y dos domingos), todos son felices y no existen las palabras “matar”, “odiar” y “guerra”. No existe el dinero ni tampoco problemas de gobierno porque los ciudadanos han aprendido a decidirlo todo.
Es una utopía fascinante: el descubrimiento de un planeta perfecto, al tiempo que el atisbo de cuánto debería cambiar la Tierra para llegar a ser el planeta habitable de los árboles de navidad.
Una invitación a la paz, a la amistad entre los pueblos y a la tolerancia.
La exposición tuvo mucho éxito entre toda la comunidad escolar. Nos quedan las bonitas imágenes que veis en las fotos, grabadas en el corazón de quien las vio.
Las fotos son de los profesores M.A.E. Luciana Maganza y Baldassare D'Elia que colaboran en el proyecto.
La portada del proyecto fue realizada por la profesora Maria Martino y el cartel de la exposición “El planeta de los arboles de Navidad” con los dibujos por sus alumnos de quinto de Primaria.
Autor: Maria Giulia Serpi
Maria Giulia Serpi es Profesora M.A.E. de la escuela italiana de Madrid y coordinadora del proyecto.

