Las sagas, ¿libros predecibles?

Artículo publicado en el nº 221 Especial Sagas Fantásticas (II)
Artículo publicado en el nº 221 Especial Sagas Fantásticas (II)

Gran parte del éxito de las sagas fantásticas se debe no sólo a los contenidos de los distintos géneros más o menos relacionados con éstas sino a ciertos esquemas de composición que se repiten, son predecibles. Ángel Suárez analiza en el presente artículo esta cuestión y las implicaciones que se derivan de ello en el campo de la formación lectora de los jóvenes.


No cabe duda de que gran parte del éxito de las sagas fantásticas se debe no sólo a los contenidos de los distintos géneros más o menos relacionados con éstas (ficción científica, literatura de fantasía, relatos de terror, utopías, novelas de viajes fantásticos y de aventuras…) sino a ciertos esquemas de composición que se repiten. Ésta es la cuestión analizada en este artículo, así como sus implicaciones de cara a juzgar la importancia e interés de estas prácticas de lectura en el ámbito de la formación lectora de los jóvenes, sus más asiduos consumidores.

Qué es un libro predecible

Debemos a Mabel Condemarín1 la caracterización de un libro por su facilidad de cara al aprendizaje de la lectura y las otras artes del lenguaje. Ciertamente, tanto en la construcción de la trama como en su lenguaje, se hacen reconocibles, es decir, a poco que se leen unas páginas o se recitan en voz alta, aparecen unos patrones muy claros y fáciles de  repetir. Según Condemarín, los libros predecibles son especialmente efectivos en la etapa de prelectura y en la lectura inicial, pero pueden ser utilizados con éxito por los alumnos con dificultades en lectura y también por los adolescentes.

Vamos a ejemplificarlo con una saga muy conocida de David Eddings, Crónicas de Belgarath. Es una típica Fantasía Épica, como se deduce claramente del argumento que se resume en la propia contraportada del libro o entrega I de la serie, titulado La senda de la Profecía. Sabemos que el libro primero es el que marca lo esencial del ciclo o saga al definir el tronco argumental, las líneas básicas de la historia.

Pues bien, en las sagas, la ficción primordial suele adelantarse, como si fuera un “trailer”, en un lugar destacado del paratexto, a modo de resumen en la contraportada. Ésta es la propia versión que da la editorial Timun Mas: “Belgarath el Hechicero atravesó la tenebrosa Ciudad de la Noche bajo la forma de un gran lobo, y guió a Cherek y a sus hijos hacia la torre de hierro de Torak, el dios Maldito. Una vez allí, Belgarath se transformó de nuevo enhombre y condujo a todos hasta los oxidados peldaños de una escalera por la que ningún hombre había subido desde hacía dos mil años. Llegaron a la cámara donde Torak, el dios mutilado, permanecía adormecido y atormentado por el dolor, con su rostro horriblemente marcado y oculto tras una máscara de hierro, porque al principio de la existencia había querido dominar todo el mundo y para ello se apoderó del Orbe creado por Aldur. Pasaron ante el dios y llegaron a la estancia donde el Orbe se hallaba oculto y protegido dentro de una urna también de hierro. Cherek urgió a Belgarath a tomar el Orbe, pero el Hechicero se negó. ‘Yo no puedo tocarlo. Si cualquier hombre con el más leve asomo de maldad en su interior trata de hacerlo, el Orbe lo destruirá de la misma manera que quemó a Torak. Sólo un ser de corazón puro podrá cogerlo para protegernos a todos del dios Maldito’”.

O también se incluyen las claves de la obra a modo de prefacio o prólogo donde se exponen las ideas más  importantes. Así, si en La Senda de la Profecía, Crónicas de Belgarath I, se coloca un Prólogo “Sobre la Historia de la Guerra de los Dioses y los Actos de Belgarath el Hechicero, adaptado de El Libro de Alorn…”:

“Cuando el mundo era nuevo, los siete dioses vivían en armonía y las razas del hombre eran un solo pueblo. Belar, el más joven de los dioses, era amado por los alorn. Él se instaló entre ellos y los estimó, y los alorn prosperaron bajo su cuidado. Los demás dioses también reunieron gente en torno a ellos y cada dios estimó a su pueblo.

Pero Al dur, el hermano mayor de Belar, era un dios sin pueblo. Aldur vivió apartado de hombres y dioses hasta el día en que un niño vagabundo lo buscó y se presentó ante él. Aldur aceptó al niño como discípulo y lo llamó Belgarath.  Belgarath aprendió el secreto de la Vo luntad y del Mundo y se convirtió en hechicero. En los años siguientes, hubo otros que acudieron también en busca del dios solitario. Estos se congregaron en hermandad a los pies de Aldur para aprender de él y el tiempo no los tocó. Sucedió entonces que Aldur tomó del suelo una piedra con la forma de un globo, no mayor que el corazón de un niño, y le dio vueltas en su mano hasta que la piedra se convirtió en un espíritu vivo. El poder de la joya viviente, que los hombr es llamar on el Or b e d e Aldur, era muy grande, y Aldur obró maravillas con ella (…)

Cuando Belgarath se separó de sus compañeros regresó apresuradamente al valle de Aldur. Pero allí descubrió que Polendra, su esposa, había muerto después de dar a luz a gemelas. Abrumado por la pena, puso por nombre Polgara a la mayor, que tenía el cabello negro como el ala de un cuervo. Según los usos de los hechiceros, extendió la mano hasta posarla sobre la frente de la niña y, con sólo rozarlo, un mechón de su cabello quedó blanco como la escarcha. Belgarath observó el hecho con preocupación, pues el mechón blanco era la marca de los hechiceros y Polgara era la primera niña en nacer con ella. La segunda de las mellizas, de piel blanca y cabello dorado, no poseía la marca. Su padre la llamó Beldarán y tanto él como su hermana de cabello azabache la amaron más que a nadie y compitieron entre ellos por su afecto. Y cuando Polgara y Beldarán cumplieron dieciséis años, el espíritu de Aldur se presentó ante  Belgarath en un sueño y le dijo:

– Mi amado discípulo, me propongo unir tu casa a la del guardián del Orbe. Escoge, pues, cuál de tus hijas quieres entregar al rey rivano para que sea su esposa y la madre de su linaje: en él reside la esperanza de la humanidad, pues contra él no podrá imponerse el oscuro poder de Torak.

En el profundo silencio de su alma, Belgarath estuvo tentado de escoger a Polgara; pero, conocedor de la carga que el rey rivano debía soportar, decidió enviar a Beldarán y, cuando ésta se hubo marchado, lloró de pena. Polgara derramó también abundantes y amargas lágrimas, pues sabía que su hermana languidecería y moriría lejos de ella. No obstante, las dos hermanas tuvieron tiempo de consolarse y de conocerse por fin en profundidad. Las dos juntaron sus poderes para mantener bajo vigilancia a Torak. Y hay quien dice que todavía siguen así, manteniendo su vigilia a lo largo de incontables siglos2.”

Si observamos bien, se basa en una línea argumental bastante similar a El señor de los anillos de Tolkien, con algunos cambios fácilmente reconocibles, como el sustituir el anillo por el orbe, gema mítica, o bien Torak, el dios maligno mutilado, por Sauron, e incluso Aloria es un poco la Tierra Media.

Más allá de este resumen más o menos parcial, lo esencial es definir el núcleo narrativo a partir del cual se van  explicando todos los hilos narrativos, y que viene indicado ya desde el citado prólogo, Sobre la historia de la guerra de los dioses y los actos de Belgarath el hechicero, adaptado del El Libro de Alorn. Aparte del consabido recurso de  presentar el relato como un documento real, se detalla así el mito base y se pasa a exponer todo el “mobiliario” de hombres, dioses, objetos mágicos, etc. que van a dar lugar a este universo.

De hecho, es típico de autores como Eddings colocar inmediatamente un escenario geográfico3 detallado de la saga:

Como en otras sagas, los mapas juegan un papel fundamental. En el libro de Eddings vienen perfectamente detallados mapas de todas las regiones, como el de Aloria y otras regiones míticas. Los mapas sirven así para ubicar no sólo hechos geográficos (ríos, montañas) sino la historia cultural desarrollada en la trama, por ejemplo, las nacionalidades (en el  oeste están los alorn, los reinos de los “buenos” del libro. En el este, los angaraks), rutas de caravanas…

Así pues, estos mapas contribuyen a la lectura funcionando como ayudas visuales, igual que las ilustraciones, árboles genealógicos y otros recursos de estas obras. En cualquier caso, lo importante es que, a partir del conocimiento de las estructuras del género de la Fantasía Épica encarnado en obras como El señor de los anillos, los adolescentes son  capaces de reconocer elementos como los siguientes:

  • Progresión temática en torno a una misión, tarea o búsqueda, como en el cuento popular.
  • En consecuencia con lo anterior, la magia y la épica (en particular, la lucha entre el bien y el mal) son las motivaciones principales de la historia.
  • En torno a estos valores épicos y mágicos, se posicionan distintos órdenes de personajes: guerreros, brujos… (no en vano el género en inglés se llama “de espada y brujería”).
  • Coexistencia con seres mitológicos (dragones, elfos, etc.).
  • Geografía y cronología rebasan igualmente el marco realista, el entorno y los tiempos de la historia forman mundos
    aparte o fantásticos, pero perfectamente coherentes.

Nótese que estos rasgos se manejan con mucha flexibilidad, por ejemplo: a menudo una saga como la de El señor de los anillos nos recuerda un marco legendario pero más o menos afín a la Edad Media, pero otras veces estos esquemas son trasladados a mundos futuros, como en Dune o Star Wars. Así pues, las diferencias entre géneros clásicos de la fantasía del siglo XIX, ciencia ficción, terror, histórico-legendario, etc. se difuminan en este tipo de sagas “predecibles”. En efecto, en los siguientes ejemplo, lo mismo podemos ver “mundos bárbaros” que escenarios futuristas o incluso orientales:

  • Robert E. Howard: Conan (1932).
  •  J. R. R. Tolkien: El Silmarillion, El Hobbit (1937), El señor de los anillos (1954-1955).
  • R. R. Salvatore: “El elfo oscuro”, dos trilogías, y algunos otros libros y cuentos cortos, finales de los años noventa y en adelante.
  • Margaret Weis & Tracy Hickman: “La rosa del profeta”, “El ciclo de la puerta de la muerte”, “Dragonlance”...
  • Laura Gallego García: Memorias de Idhún: La resistencia (2004), Memorias de Idhún:Tríada (2005), Memorias de Idhún: Panteón (2006).
  • Lucía González: “Hijos del Dragón” (2005).
  •  Tobías Grumm: La tierra del Dragón: Nicho de reyes (2005)
  • Javier Negrete: La espada de fuego (2003).
  • Robert Jordan: “La Rueda del Tiempo”.
  • George R. R. Martin: Juego de Tronos (1996), Choque de Reyes (1998), Tormenta de Espadas (2000), etc.

Las predicciones en la lectura de las sagas

Ciertamente, el importante papel de las predicciones e inferencias dentro de la lectura, tomada como procesamiento de una información compleja, es algo conocido. Los adolescentes no suelen tener un buen “entrenamiento” en este sentido, pero la familiarización con estos temas, el conocimiento “enciclopédico” que tienen del género (no sólo a través de la lectura, claro, sino del visionado de la película, series de TV, cómic , juegos, etc.) le suelen proveer de una información amplia, que utilizan, desde luego, a la hora de entender y contextualizar, por ejemplo, el prólogo antes mencionado de La senda de la profecía; porque no se olvide que la propia película de El señor de los anillos empieza con una explicación semejante que va a dar sentido a todo lo que sigue, desde la Guerra del Anillo a la Compañía o Cofradía de personajes que se coaligan para un fin. Evidentemente, el comienzo

Cuando el mundo era nuevo, los siete dioses vivían en armonía y las razas del hombre eran un solo pueblo. Belar, el más joven de los dioses, era amado por los alorn. Él se instaló entre ellos y los estimó, y los alorn prosperaron bajo su cuidado. Los demás dioses también reunieron gente en torno a ellos y cada dios estimó a su pueblo.

posibilita la creación de un patrón repetitivo, las luchas y el juego de identidad/alteridad (unos contra otros). En efecto, el patrón de “buenos y malos”, héroes y villanos, actúa, igual que en el cuento popular, a través de una serie de señales o comportamientos “previsibles”:

Pero Al dur, el hermano mayor de Belar, era un dios sin pueblo. Aldur vivió apartado de hombres y dioses hasta el día en que un niño vagabundo lo buscó y se presentó ante él. Aldur aceptó al niño como discípulo y lo llamó Belgarath.  Belgarath aprendió el secreto de la Voluntad y del Mundo y se convirtió en hechicero.

El héroe es, sin duda, el “elegido”, el que “aprende” y adquiere un conocimiento superior (la magia), y también el personaje singular, y, de algún modo, el “freeky”, en terminología juvenil. Las demás secuencias, como el poder del talismán, son no menos previsibles. Ciertamente, son estereotipos tomados de la propia cultura juvenil en que están inmersos los adolescentes; por ejemplo, la saga La Espada de la Hechicera gira igualmente en torno a un arma o talismán, sólo que aquí se trata de una heroína, y alterna un tiempo mítico con un tiempo presente y un trabajo no menos cotidiano, el de detective. Vemos, pues, cómo el reciclaje y la mezcla de temas y géneros es algo que favorece la predictibilidad del relato, lo importante no son las variaciones sino el sentido final de los bloques narrativos.

En este mismo sentido, y a propósito de Star Wars, la profesora Gemma Lluch ha realizado un extenso análisis que viene a corroborar cómo esta saga también construye un relato previsible, universal y de fácil consumo por los adolescentes, ya que dichas cualidades provienen de su relación con el mito o el cuento oral tradicional. Por eso  concluye que “…Star Wars bebe de historias concretas de la literatura europea, de la religión cristiana o budista o de la mitología, en definitiva, de tradiciones literarias o culturales concretas. Y las integra, las rehace e inventa una nueva historia que propone al mundo y es vista por el público de todo el planeta que la adopta como nueva fuente de referencia, de conocimiento y de valores5”.

Por eso, para concluir, llama la atención el hecho de que en el análisis de Mabel Condemarín se definan como libros predecibles para adolescente textos que son, justamente, muy similares a las sagas que estamos analizando:

Libros sobre la vida diaria: Los libros que reflejan las experiencias, las preocupaciones o las decisiones de los adolescentes son altamente predecibles...

Historias basadas en la TV o en el cine: Los libros basados en temas popularizados a través de la TV o del cine constituyen otro tipo de material predecible…

Libros seriados: Muchos lectores juveniles se comprometen en la lectura de series que narran las aventuras de su personaje favorito…

Libros pertenecientes a un género: Mientras un estudiante va leyendo, descubre que algunas lecturas pueden agruparse bajo un denominador común. Los lectores que se autoclasifican como aficionados a la ciencia ficción o a las novelas de misterio o a las novelas policiales, han descubierto por sí mismos que esos textos narrativos tienen un patrón común…

Libros que incorporan al lector: Muchos libros juveniles se elaboran sobre la base de formatos que desafían al lector a  predecir los sucesos. La popular serie Elija su propia aventura es un ejemplo típico...6

Ciertamente, las sagas participan de las cualidades de estos textos, por los motivos ya expuestos: son narraciones en serie, a menudo ficcionalizadas en cine o televisión, pertenecen a géneros de imaginación y, desde luego, interesan a jóvenes, que las usan para sus propias escrituras creativas (fan fiction).

Conclusiones

Por esto mismo, son un recurso para el perfeccionamiento de la lectura y para la escritura libre, y, por ello mismo, se  pueden utilizar para actividades didácticas de gran interés en el aula. No hay espacio en este caso para detallarlas, pero sí debe señalarse que todos los autores resaltan el papel de las inferencias y las conjeturas dentro de los procesos  activos de la lectura, y, en especial, la lectura colaborativa y compartida sería una buena estrategia al respecto, pues las sagas siempre se apoyan en universos complejos sobre los que caben hacer diferentes tareas: resumir, describir,  seleccionar diálogos, dibujar, preparar dramatizaciones, hacer lecturas en voz alta, confeccionar libros de gran tamaño a partir de fragmentos, y, en suma, preparar lecturas compartidas guiadas. Y aquí es donde debemos subrayar el papel del mediador, profesores, bibliotecarios, animadores, y, claro, los otros lectores, el grupo, si de verdad queremos impulsar el aprendizaje entre iguales. En todo caso, son estrategias que se pueden siempre combinar con otras más  convencionales, por ejemplo, la lectura independiente.

Algunos autores han tildado a las sagas de “ficciones de repetición”, y ciertamente hay muchos relatos que se reducen a moldes de poca calidad estética, pero eso es algo que pasa también en otras parcelas de la literatura. Nadie debería, en este contexto ya del siglo XXI, pensar en términos simplistas: ni son sólo literatura de evasión, ni la repetición de  esquemas excluye calidad o innovación, al contrario, es algo que, tal como puede verse en el cine, los jóvenes aprecian al reconocer el género y las transgresiones que han ido produciéndose.

Así, como hemos comentado, las fantasías heroicas pueden ser protagonizadas por mujeres, en contraposición al  esquema de Conan el Bárbaro, o las de ambiente futurista o urbano, o las fantasías heroicas protagonizadas por héroes de algún modo “ambiguo”, vampiros “buenos” (Blade), y otros casos similares. Indagar en todas estas posibilidades es algo que permite esta clase de libros, considerados hasta hace unas décadas “paraliteratura” y que ahora, por las razones que hemos ido argumentando, constituyen un excelente material de lectura.

Notas

  1. CONDEMARÍN, Mabel, y MARIANA Chadwick. 1988. La escritura creativa y formal. Santiago de Chile: Andrés Bello.
  2. http://www.sld.cu/sitios/bibliodigital/temas.ph ?idv=2721
  3. Este mapa pertenece a The redemption of Athalus, un reciente libro de Eddings , y se puede ver, junto con otros, en http://www.harpercollins.co.uk/microsites/eddings/edmap6.htm
  4. http://rivendell.fortunecity.com/zelda/667/Karanda.JPG
  5. LLUCH, Gemma. Análisis de narrativas infantiles y juveniles. Cuenca: Ed. de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2003. El texto citado es fragmento del texto “Star wars, una manera clásica de contar aventuras”, leído en el  congreso Abentura Liburuen Biltzarra Vitoria-Gasteiz, 2003.).
  6. Op. Cit.

Autor: Ángel Suárez Muñoz

Ángel Suárez Muñoz es Profesor Titular de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Coordinador del Grupo de Investigación GIAL, ha publicado numerosos libros y artículos, y ha codirigido el I Simposio Internacional de Universidades Lectoras.


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