Los estereotipos de género y su inversión en Christine

Propuesta didáctica interdisciplinar para trabajar los estereotipos de género en 4º de la ESO y 1º de Bachillerato a partir del visionado de Christine (1983) de John Carpenter.
FICHA
Título original: Christine
Dirección: John Carpenter
Nacionalidad y Año de producción:
Estados Unidos, 1983
Duración: 110 min.
Interpretación: Keith Gordon (Arnie Cunningham), John Stockwell (Dennis), Alexandra Paul (Leigh), Robert Prosky (Will Darnell), Harry Dean Stanton (Junkins), Christine Belford (Regina Cunningham), Roberts Blossom (George LeBay), William Ostrander (Buddy), Malcolm Danare (Moochie), Steven Tash (Rich)
Producción: Richard Kobritz (Polar Film) para Columbia
Guion: Bill Phillips, basado en la novela homónima de Stephen King del mismo año
Música: John Carpenter y Alan Howarth
Fotografía: Donald M. Morgan
Montaje: Marion Rothman
Productora: Columbia Pictures Corporation
Distribución: Filmayer
SINOPSIS: El filme se abre en 1957, en plena fabricación del nuevo modelo de Plymouth Fury en Detroit, durante la que tienen lugar extraños sucesos: el único vehículo rojo (Christine) de la cadena de montaje hiere a un trabajador y otro que se mete a fumar en su interior aparece muerto. La acción se traslada a Rockbridge (California) en 1978. Dennis recoge en coche a su amigo Arnie, el típico “novato” (nerd), para ir al instituto. El primer día de clase una nueva alumna, Leigh, causa sensación. Arnie es acosado por unos matones y Dennis le ayuda. En el trayecto de regreso Arnie ve un viejo coche rojo y queda fascinado. Un anciano, George LeBay les cuenta que se llama Christine y fue el coche de su hermano, recientemente fallecido; el joven lo compra por 250 dólares. En casa, la madre de Arnie, Regina, se niega a tener aquel trasto, así que su hijo lo lleva al garaje taller de Will Darnell. Arnie se dedica por entero a reparar el coche. Dennis descubre que el hermano de George LeBay, su hija y su mujer murieron en su interior. Christine llega al campo de fútbol americano totalmente restaurada. Arnie y Leigh salen de su interior y se besan en la boca distrayendo a Dennis, capitán del equipo, que resulta gravemente lesionado. De visita al hospital, Arnie aparece muy cambiado y se muestra sombrío. En un autocine, Leigh está a punto de ahogarse comiendo una hamburguesa. Arnie y ella discuten. Los matones del instituto se cuelan de noche en el taller de Darnell y destrozan a Christine. Arnie se pone muy agresivo y arremete primero contra Leigh y luego contra su padre. De vuelta en el taller, le habla a su coche y este se autorrepara. Christine inicia ahora la caza de sus atacantes, primero mata a Moochie aplastándolo contra un muro y luego a Buddy Repperton, cabecilla de la banda, y sus otros dos integrantes, Don y Rich, a los que acorrala en una gasolinera que termina incendiándose. De vuelta en el taller, Darnell se mete intrigado en su interior y Christine mueve el asiento hacia delante hasta asfixiarlo contra el volante. El detective Junkins investiga los casos e interroga a Arnie, pero tiene coartada. Dennis sale del hospital y pacta con Leigh la destrucción de Christine. Antes, los dos amigos pasan la Nochevieja juntos. Dennis reta a Arnie y Christine en el taller de Darnell grabando el mensaje en la carrocería del coche. Dennis y Leigh esperan en una gran excavadora, pero el coche los sorprende y persigue a la chica. En una de sus embestidas, arremete contra la oficina del taller, Arnie sale despedido atravesando el parabrisas y muere. Dennis aplasta a Christine hasta que sus luces se apagan y la radio enmudece. En un depósito de chatarra, Dennis, Leigh y el detective Junkins conversan frente al paquete a que ha sido reducida Christine. Una canción de los 50 (como las que hacía sonar en su radio Christine) que proviene del radiocasete de un trabajador les provoca un sobresalto. La cámara se acerca al amasijo de chatarra y vemos cómo se mueve uno de sus hierros.
La educación en género sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la Educación Secundaria española. Es cierto que desde las diferentes administraciones se han puesto en marcha numerosas iniciativas, protocolos e incluso materias optativas, pero todavía no se ha logrado implicar masivamente a los docentes, mucho más allá de las actividades complementarias o de tutoría propuestas por los departamentos de orientación de los centros educativos. La LOMCE (Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa) recoge que:
"Uno de los principios en los que se inspira el Sistema Educativo Español es la transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación" (p. 10).
En su artículo 124 establece que los centros elaborarán un Plan de Convivencia que será incorporado a la Programación General Anual en el que se recogerán, entre otras cosas, “(…) la realización de actuaciones para la resolución pacífica de conflictos con especial atención a las actuaciones de prevención de la violencia de género, igualdad y no discriminación”.
Actualmente nos encontramos en pleno proceso de implantación en las diferentes comunidades autónomas de un plan obligatorio específico en materia de género, el Plan de Igualdad, documento que forma parte del Proyecto Educativo de Centro y se desarrolla anualmente en el marco de su Programación General Anual. Estos planes nacen para coordinar, analizar y renovar anualmente todas las acciones encaminadas a promover la igualdad sexual/de género atendiendo a toda su diversidad.
Desde nuestro punto de vista, sin entrar en detalles de todas las posibilidades que se recogen explícita o implícitamente en los currículos de la ESO y Bachillerato, toda iniciativa en esta materia debería centrarse en alcanzar dos objetivos fundamentales:
a) Combatir las actitudes machistas de cara a lograr una relación sana y equilibrada entre chicos y chicas.
b) Contribuir a la normalización de “las otras” identidades sexuales (diversidad LGTBI).
Una formación inicial debería contemplar el trabajo con conceptos como “sexo” y “género”, que el alumnado suele considerar sinónimos, “roles”, “estereotipos” o “sexismo”. La diversidad sexual se enfocaría posteriormente, una vez bien asentada esa base teórica, y lo que es más importante, trabajada en el aula a través de una serie de actividades. Ambas esferas, definidas por esos dos objetivos que consideramos esenciales, deberían ser abordadas, por ese orden y con un enfoque diferente, en todos los cursos de la ESO y el Bachillerato.

Propuesta didáctica
Los estereotipos de género son las ideas que una sociedad tiene sobre los comportamientos y los sentimientos que deben tener las personas en función de su sexo; estas ideas han ido pasando de una generación a otra hasta llegar a interiorizarse como verdades absolutas e inconscientes. La masculinidad y la feminidad son pues una construcción social: el bebé nace niño o niña (biológicamente) pero es la sociedad la que lo hace masculino o femenino a través de una serie de agentes (familia, educación, medios de comunicación, etc.).
Atributos de lo masculino son la fortaleza, la valentía, la violencia, la agresividad o la dominación; mientras lo femenino aparece asociado a la debilidad, la pasividad, la sumisión o la inestabilidad emocional. Los estereotipos tienen una influencia fundamental en el comportamiento de los seres humanos y son muy difíciles de cambiar.
El hecho de que esta división masculino/femenino se dé dentro de una sociedad patriarcal genera un sistema sexista en el cual lo femenino se define como contrario o complemento de lo masculino: si el hombre es fuerte, la mujer es débil; si la mujer es emocional, el hombre es racional; etc.
El trabajo con los estereotipos de género suele llevarse a cabo en el aula empleando la publicidad, tanto anuncios de la prensa como spots televisivos. Una actividad recurrente es pedirle al alumnado que identifique en qué elementos se encuentra el tratamiento sexista para, a continuación, como segunda parte, mandarles diseñar una alternativa desde el punto de vista igualitario (“contrapublicidad”). En realidad la contrapublicidad o antipublicidad es una forma de lucha para defender los derechos del consumidor evidenciando los efectos negativos de un producto (“el engaño”), como sucede en los muchos ejemplos que podemos encontrar en Internet sobre la comida rápida. Su aplicación a la publicidad sexista resulta controvertida, ya que el alumnado puede forzar la inversión de los estereotipos sin más, estrategia que ya ha sido incorporada por los publicistas para sembrar la polémica y llamar la atención sobre una determinada marca, como hizo la firma holandesa Suistudio en 2017 desnudando a hombres esculturales que aparecían sometidos a mujeres vestidas, aunque también esculturales.
Christine (John Carpenter, 1983) es una película que resulta atractiva al alumnado porque está protagonizada por adolescentes y se desarrolla en sus ambientes característicos, además de tocar un género, el terror, que le suele gustar bastante. Su interés didáctico radica en que presenta los estereotipos de género tradicionalmente asociados a hombres y mujeres a través de las relaciones que se establecen entre los personajes adolescentes, pero también su inversión a través del “personaje” de la asesina (Christine), favoreciéndose con ello la interiorización del concepto de estereotipo sexista como un engranaje de la sociedad patriarcal que define lo femenino en contraposición a lo masculino, fundamentalmente por el efecto de extrañamiento que supone la adopción de atributos propios del estereotipo masculino no sólo por una mujer, sino por un coche mujer.
La propuesta didáctica en torno a la película se plantea como una actividad complementaria coordinada por el departamento de orientación en colaboración con otros departamentos, como Filosofía, Inglés o Geografía e Historia; y está diseñada para 4º de la ESO y 1º de Bachillerato. La película será visionada en unas condiciones equiparables a las de un cine (bien todos juntos o por niveles), y el trabajo previo y posterior se desarrollará en las clases de Tutoría o, de no existir estas (caso del Bachillerato), en sesiones de otras materias contempladas dentro de la actividad complementaria.
Los estereotipos de género y su inversión en Christine
Christine es una película característica del cine comercial norteamericano de los años ochenta, caracterizado por el protagonismo infantil o adolescente y la presencia de elementos de ciencia-ficción o fantásticos en propuestas poco elaboradas argumentalmente (el cine como fábrica de sueños), centradas en la proliferación de escenas impactantes de efectos espaciales y un uso recurrente de la comicidad, como se puede apreciar en E.T. the Extra-Terrestrial (E.T. El extraterrestre, Steven Spielberg, 1982) o Gremlins (Joe Dante, 1984). Christine, en concreto, se puede alinear con la corriente dominante en el cine de terror en esos años: el slasher, películas de psicópatas asesinos (casi siempre) inmortales que funcionan como la encarnación del hombre del saco y matan preferentemente a adolescentes promiscuos con cuchillos u otros instrumentos punzantes, como sucede en Halloween (La noche de Halloween, John Carpenter, 1978) y Friday the 13th (Viernes 13, Sean S. Cunningham, 1980), los dos títulos fundacionales del subgénero. De acuerdo con la lógica fantástica e infantilista de este tipo de cine, en la película de Carpenter, el/la asesino/a de turno se convierte en una automóvil dotada de vida propia. Aunque el guion de Christine no es original, tiene como punto de partida una novela del mismo título escrita por Stephen King, cuyas historias se adaptaban al cine con bastante regularidad en esos años, de hecho en este caso los derechos se adquirieron antes de la publicación del texto literario.
La forma en que se presentan y se establecen las relaciones entre los personajes adolescentes en la película (Dennis, Arnie, Leigh y sus compañeros de instituto) están construidas a partir de un número considerable de estereotipos sexistas, todos ellos muy característicos de la publicidad y de este tipo de películas de terror comercial, introducidos de forma consciente por parte de los artífices del filme.
Así, en las primeras escenas, tras el prólogo que recoge el nacimiento de Christine, los chicos se presentan como ávidos de sexo, las chicas como sus presas, y el típico high school nor-teamericano como su coto privado de caza.
En la escena del coche (0h. 06’ 58”), Dennis le espeta a su amigo, que es torpe y muy poco agraciado físicamente: “Ahora que pasamos al último curso me parece que ya va siendo hora de que…, de que te enrolles con una tía. De este curso no pasa ¿eh?”. Como él se muestra reticente, Dennis empieza a recitarle el catálogo de las chicas fáciles: Gail “por si acaso” (que tiene bigote), Sally Hayes (de un curso inferior), a la que Dennis denomina en la versión original “walking sperm bank” (sustituido en el doblaje por un discreto “tú no serás el primero”). Arnie contesta resignado: “No creo que tenga el depósito mínimo para abrir cuenta”. Dennis le increpa: “Pero qué dices, llevas los ahorros de toda tu vida en los pantalones”.

Ya en el instituto (0h. 07’ 53”), una chica rubia, la tópica rubia tonta y superficial (presa fácil para el hombre) se le insinúa a Dennis, que es atractivo y deportista (capitán del equipo de fútbol americano), precisamente haciendo referencia a que se verán en el campo (ya intuimos que es animadora, más adelante lo constataremos); mientras, por detrás, Arnie hace un gesto con la boca como si masticara queriendo decir que la chica está para comérsela. El chico deportista y la chica animadora ilustran bien el estereotipo de que los hombres son activos y las mujeres pasivas. Entonces se le acerca a Dennis un compañero que está muy por debajo de él en el escalafón de machos alfa del instituto y le dice: “Yo que tú no la probaría Dennis, ni se sabe por cuántos ha pasado”. Arnie le espeta “Lo que se sabe es por quién no ha pasado... por ti no ha pasado ¿eh?”. El otro se mosquea: “¿Algún problema con la taquilla?”. Arnie llevaba un rato intentando abrir su taquilla (metáfora clara de su inexperiencia sexual, “la llave que no sabe entrar en la cerradura”). A continuación el compañero le habla a Dennis de la chica que acaba de llegar al instituto (Leigh): “(…) debe de ser un cerebro, pero tiene un cuerpazo que no veas (…)”, que enseguida desfila ante ellos acompañada del director del high school, y para llamar su atención le hace una pregunta a Leigh, tras lo cual le comenta a Dennis: “Quiero tener una profunda relación física con ella”.

Más adelante (0h. 31’ 14”), Dennis intenta ligar con Leigh en la biblioteca tras hacer una apuesta con el mismo compañero, pero la chica le da calabazas. Curiosamente será Arnie el que consiga ligársela, pero no sin que antes se opere en él una importante transformación que reafirme su potencial masculino.
Dejará de ser torpe (como se manifiesta en su primera aparición, cuando se le cae la basura [0h. 05’ 50”]), reprimido (camino del instituto le cuenta a Dennis que su madre no le dejó poner “FALISTA”, en la versión original “FELLATIO”, en el Scrabble [0h. 06’ 32”]) y cobarde (no es capaz de plantarle cara a los matones del high school [0h. 10’ 50”]), para pasar a comportarse y vestirse como un “rebelde” a lo James Dean que posee su propio automóvil (un Plymouth Fury de 1958 restaurado por él mismo).

Dennis y Leigh, el amigo y la novia, intentan liberar a Arnie de las garras de Christine, aunque finalmente no lo conseguirán. Su participación en esta empresa se puede definir de muy diferente forma, y siempre de acuerdo con la característica contraposición de los estereotipos de género, como activo/pasiva y fuerte/débil. No en vano, es Dennis el que reta a Christine grabando el mensaje en su carrocería (1h. 32’ 18”) y también el que maneja la excavadora durante el enfrentamiento final, protegiendo a Leigh de las embestidas del Plymouth con su pala (1h. 37’ 48”). En este caso, Leigh, que parecía encarnar el personaje tipo de la final girl, la única chica que no es asesinada en los slasher porque no sucumbe a la promiscuidad sexual y demuestra una fortaleza y una valentía varoniles, necesita del complemento masculino para triunfar sobre el Mal.


Christine, el personaje de la asesina, está construido a partir de la inversión de estos estereotipos: la mujer objeto deja paso al hombre objeto (fundamentalmente Arnie) y Rockbridge se convierte en su coto privado de caza, sobre todo tras sufrir la destrucción (violación) a manos de la banda de Buddy Repperton. Pero hay un recurso en la película que resulta especialmente interesante porque genera el extrañamiento en el espectador destapando el carácter sexista de estos estereotipos. Para hacerla más humana, el guionista decidió que Christine tuviese voz propia comunicando sus sentimientos o sus amenazas a través de fragmentos de canciones de rock de los 50 (apropiándose de la voz masculina que las entona). Las letras de las canciones de rock suelen mostrar la superioridad del hombre sobre la mujer y todos los estereotipos de género aparecen en ellas sobredimensionados, en algunos casos hasta la misoginia. Así, el coche manifiesta su amor hacia Arnie haciendo sonar fragmentos de “Pledging my love” (0h. 30’ 32”) o “I Wonder Why” (0h. 52’ 04”); pero el efecto sarcástico es mucho mayor cuando Christine acecha a Moochie (1h. 02’ 08”) y mata a Darnell (1h. 21’ 46”). En el primer caso llama la aten-ción del matón de la banda de Repperton, que es grande y gordo, antes de perseguirlo hasta aplas-tarlo contra la pared, haciendo sonar “Little Bitty Pretty One”:
“Little bitty pretty one (Pequeña chica bonita)
Come on and talk-a to me (Ven y habla conmigo)
Lovey dovey lovey one (Adorable palomita adorable)
Come sit down on my knee (Ven a sentarte en mis rodillas)
Tell you a story (Déjame contarte una historia)
Happened long time ago (Sucedió hace mucho mucho tiempo)
A-little bitty pretty one (Pequeña chica bonita)
I’ve been watchin’ you grow (Yo te he visto crecer)”.

En el segundo, hace sonar “Bony Moronie” cuando el viejo y obeso Will Darnell se sienta in-trigado al volante y ella lo asfixia moviendo el asiento hacia delante:
“I got a girl named Bony Maronie (Tengo una chica llamada Bony Moronie)
She’s as skinny as a stick of macaroni (Es tan flaca como un espagueti)
Ought to see her rock and roll with her blue jeans on (Debes verla bailando con vaqueros)
She’s not very fat, just skin and bones, but (No es muy gorda, sólo huesos y piel, pero)
I love her and she loves me. (la amo y ella me ama a mí)
Oh how happy now we can be, (Somos tan felices como se puede ser,)
making love underneath the apple tree (haciendo el amor bajo un manzano)
Well, I told her mama and her papa too (Se lo dije a su madre y a su padre también)”

Existe una figura femenina que se puede encajar con esta inversión de los estereotipos, y que por supuesto, como producto igualmente de una sociedad patriarcal, tiene un carácter profundamente negativo: la “mujer fatal” o la “mujer monstruo”. Su presencia se puede rastrear en la cultura occidental a partir de la tradición judeocristiana (Eva y Lilith) y la antigüedad griega (Pandora, Medusa o las amazonas), dando lugar en el siglo XIX a la figura de la femme fatale, presente en la literatura y el arte, posteriormente explotada en el siglo XX por el cine negro (se podrían citar otras muchas figuras a lo largo de la historia, sobre todo si nos adentramos en el folclore, como las brujas o las vampiras, ambas muy frecuentadas por el cine). Así, en la película, la inquietante apariencia de Christine se torna monstruosa al incendiarse en la gasolinera (1h. 16’ 34”) y, sobre todo, cuando se destroza su parte frontal en el enfrentamiento final y ésta se asemeja mucho a la boca abierta de un tiburón o a la de una vampira (1h. 37’ 55”).


La caracterización del personaje se lleva a cabo ya en la primera secuencia tras los créditos, cuya primera parte se acompaña del éxito de MTV de 1982 “Bad to the Bone” (de 0h. 01’ 32” a 0h. 03’ 11”), en este caso como música extradiegética (la canción aparece hasta la penúltima estrofa), que se corta bruscamente cuando Christine cierra su capó sobre la mano de un mecánico que se había tomado la libertad de abrírselo y apoyar su mano dentro (se podría entender que ella lo castiga por “meterle mano” o “tocarle sus partes”):
“Now, on the day I was born (El día que nací)
The nurses all gathered ‘round (las enfermeras me rodearon)
And they gazed in wide wonder (Y miraron maravilladas)
At the joy they had found (Ante el regocijo que habían hallado)
The head nurse spoke up (La enfermera jefe habló)
Said “leave this one alone” (Dijo: «dejen a este solo»)
She could tell right away (Ella se había dado cuenta)
That I was bad to the bone (De que yo era malo hasta la médula)
Bad to the bone (Malo hasta la médula)
I broke a thousand hearts (Rompí mil corazones)
Before I met you (Antes de conocerte)
I’ll break a thousand more, baby (Voy a romper otros mil, nena)
Before I am through (Antes de que termine)
I wanna be yours, pretty baby (Quiero ser tuyo, preciosa)
Yours and yours alone (Sólo tuyo)
I’m here to tell you honey (Estoy aquí para decirte cariño)
That I’m bad to the bone (Que soy malo hasta la médula)
Bad to the bone (Malo hasta la médula)”

En esta canción, un embaucador capaz de controlar a las mujeres relata su propia historia. La inversión de estereotipos que se produce si se la aplicamos a la trayectoria de Christine (cuya “carrera” también comienza en el momento mismo de su nacimiento) delata el flagrante sexismo de un estereotipo como el del “rompecorazones”, ya que su equivalente femenino es la femme fatale.
El hecho de que Christine sea un coche mujer plantea además la rebelión de un objeto de la sociedad de consumo sobre el que el hombre siempre ha ejercido su dominio, un producto que además se compra y se vende o se alquila, es decir, que pasa de unas manos a otras como las adolescentes del high school.
Antes de ver la película
Como ya se ha comentado al inicio, el alumnado de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato debería haber trabajado en cursos anteriores los estereotipos de género. En cualquier caso, se hace necesario dedicar al menos una sesión a analizar en el aula los mismos estereotipos que se van a abordar posteriormente en la película, a saber: hombre fuerte, valiente, dominador, cazador, consumidor / mujer indefensa, débil, pasiva (mujer como “sexo débil”), presa, objeto (objeto sexual).
Para favorecer la comprensión de la naturaleza del personaje de Christine proponemos trabajar con publicidad de automóviles en la que se explote la identificación automóvil-mujer, así como con el tráiler original de la película.
En concreto hemos seleccionado dos anuncios y un spot. Los anuncios se corresponden con las campañas de venta de coches de segunda mano de BMW y de Renault en 2008. En el primero observamos el cuerpo desnudo cortado por debajo de los hombros de una chica rubia que está acostada y el siguiente eslogan: “You know you’re not the first. But do you really care? (Tú sabes que no eres el primero ¿Pero de verdad te importa?)”.

En el segundo aparece una mujer en ropa interior tumbada en un sofá y el mensaje dice: “Paula Hernández. 40 años, dos veces divorciada”. En ambos casos se equipara la relación de pareja con la relación de los hombres con sus coches, o lo que es lo mismo, se les dice a los hipotéticos compradores que la adquisición de estos vehículos bien conservados les puede reportar las mismas satisfacciones que la constante renovación de su pareja.

En el spot del Alfa Romeo Giulietta Nueva Serie Limitada Súper (21”) de 2012 ( www.youtube.com/watch?v=nz_y2PkmFfo) una voz femenina nos dice: “Mírame, tócame, incítame, provócame, sedúceme, contrólame, protégeme, grítame, relájame. Yo soy Giulietta, si vas a hablar de mí pruébame”. Diez verbos en imperativo que apelan a la condición de objeto dominado (femenino) del automóvil, aunque los planos que los acompañan dejan bien claro que ese dominio no sólo lo ejercen los hombres: el modelo blanco en un moderno garaje minimalista, una mujer vestida de blanco que lo acaricia en el jardín, una mano masculina maneja su volante, su cuentarrevoluciones, el vehículo derrapando por un camino de tierra, una mujer vestida de negro toma la iniciativa en un escarceo amoroso, una mano de mujer maneja el selector de conducción, el coche circula bajo la lluvia, dos niños juegan sentados en su maletero abierto, un hombre sale corriendo tras él (¿porque su pareja lo deja colgado?), el coche regresando al garaje, finalmente aparcado sobre un estanque. En cualquier caso, el Instituto de la Mujer pidió en su día la retirada del spot al considerar que los imperativos “grítame” y “contrólame” incitaban a la violencia de género.

El trabajo con el tráiler original (1’ 30”) de la película (www.youtube.com/watch?v=T_zZ4lpovNs) resulta interesante porque, además de servir de carta de presentación de Christine, permite un análisis comparativo con el spot de Giulietta, haciendo posible trabajar la competencia audiovisual de una forma más compleja y adaptada a la edad del alumnado de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato.
El tráiler se abre con una serie de planos detalle de formas curvas que inicialmente se pueden confundir con el cuerpo de una mujer, al menos hasta que aparece una de las ruedas del coche; finalmente la cámara retrocede hasta que contemplamos a Christine de “cuerpo entero” sumida en la penumbra de un viejo garaje, entonces se encienden sus faros y el Plymouth Fury se abalanza sobre la pantalla. Las imágenes se acompañan de una música inquietante y una voz masculina que recita el siguiente texto:
“She is seductive, she is passionate, she is possessive. She is pure evil. She is Christine, a 1958 Plymouth Fury possessed by hell. Her previous owner is not alive to warn her present one. Once she lures you behind the wheel, you will be hers, body and soul. There is no place you can hide, no place you can run and nothing you can do can stop her. Because… how do you kill something that can’t possibly be alive? (Ella es seductora, apasionada, posesiva; es pura maldad. Ella es Christine, un Plymouth Fury de 1958 en el que habita el infierno. Su anterior dueño no está vivo para advertir al actual. Una vez que ella te atraiga al volante, serás suyo, en cuerpo y alma. No hay ningún lugar donde puedas esconderte, ningún lugar a donde puedas escapar y nada que puedas hacer puede detenerla. Porque… ¿cómo matas algo que no puede estar vivo?)”.

Finalmente aparece el título de la película en letras rojas sobre fondo negro y los créditos, incluyendo la promoción de la novela de King; la voz recita dos de las frases promocionales de la película: “Christine, Body by Plymouth, Soul by Satan. Watch out for her this Christmas (Christine, carrocería de Plymouth, alma del diablo. Cuidado con ella estas Navidades)”.
Uno de los aspectos más interesantes a comparar entre el spot y el tráiler es la presencia de la voice over. En el segundo se trata de una voz masculina que describe a un coche mujer empleando inicialmente una serie de calificativos ("seductora, apasionada, posesiva”) que enseguida se hacen corresponder con una naturaleza femenina maligna. En el spot una voz de mujer habla al espectador en primera persona pidiéndole en imperativo que haga una serie de cosas (“Mírame, tócame, incítame, provócame, sedúceme, contrólame, protégeme, grítame, relájame”). En el tráiler tardamos un poco en saber que se nos está hablando de un coche y no de una mujer, pero no vemos “el cuerpo” completo de Christine hasta el final, sumido en la penumbra de un viejo garaje plagado de objetos colgados en la pared; en el spot vemos a Giulietta en el primer plano (“mírame” dice la voice over), que además enciende sus faros en el interior de un garaje diáfano plagado de luz. Christine es de color rojo y Giulietta de color blanco. Los planos que acompañan a la voz femenina del coche en el spot construyen un discurso equilibrado entre los dos sexos (no en vano el color blanco simboliza la totalidad y la síntesis de lo distinto, vinculándose con el andrógino); los planos que acompañan el discurso de la voz masculina que habla en tercera persona acerca de Christine en el tráiler coinciden plenamente con el mensaje que esta transmite (el rojo tiene un sentido unidireccional, es la pasión, la furia y la sangre). En definitiva, Giuletta y Christine proponen dos modelos de coche mujer antagónicos: la primera es la sierva (el hombre y la mujer sus señores), la segunda la señora (el hombre su siervo).
El trabajo en el aula con los anuncios, el spot y el tráiler se puede llevar a cabo a través de una ficha que incluya los estereotipos antes mencionados, una serie de preguntas que proporcionen pistas al alumnado, la imagen de los anuncios y algunas capturas de fotogramas representativos del spot y el tráiler; o bien debatiendo entre todos a partir de las sugerencias del profesor y el visionado de los materiales audiovisuales las veces que haga falta, congelando la imagen en momentos puntuales.
El visionado de la película
He planteado esta aplicación didáctica como una actividad complementaria con un objetivo primordial: que el alumnado pueda visionar la película de principio a fin sin interrupciones en unas condiciones equiparables a las de una sala de cine (en el salón de actos del instituto, por ejemplo). Cuando las películas se incorporan al trabajo diario en el aula es necesario fragmentarlas (las sesiones duran 50 ó 55 minutos) si se quieren visionar en su totalidad (algo muy recomendable).
Equiparar lo más posible el visionado a la asistencia a una sala de cine favorecerá que se produzcan todos los mecanismos de identificación en el espectador, o lo que es lo mismo, el aislamiento necesario para que el alumnado entre en la película, se ponga en el lugar de los personajes y comprenda todas las relaciones causales de la historia que se cuenta. Posteriormente en el aula se desarrollarán una serie de actividades que obligarán a volver, una y otra vez, sobre escenas puntuales, congelando incluso la imagen si es necesario, por eso es fundamental tener una visión de conjunto previa, ser consciente de la totalidad de la obra cinematográfica y de las relaciones que se dan entre cada plano, escena o secuencia dentro del texto audiovisual.
En principio planteamos la proyección de la versión doblada, pero si se quiere trabajar en colaboración con el departamento de inglés es posible ver la película en versión original con subtítulos (aunque en este caso habrá que valorar la idoneidad de recuperar el lenguaje soez que emplean los personajes en muchos diálogos, que fue muy mitigado, casi censurado, en la versión en castellano).
De igual forma, durante el trabajo previo con el tráiler de la película y durante las actividades posteriores con las canciones se puede trabajar la traducción del inglés al castellano (o incluso al gallego, vasco o catalán si la actividad se realiza en alguna comunidad con lengua propia y participa también el departamento correspondiente).
Después de ver la película
- Fase 1: Estereotipos sexistas
El primer aspecto a abordar en el aula es el análisis de las relaciones entre los personajes adolescentes de cara a constatar cómo están impregnadas por los estereotipos de género que hemos condensado anteriormente de la siguiente forma: hombre fuerte, valiente, dominador, cazador, consumidor / mujer indefensa, débil, pasiva (mujer como “sexo débil”), presa, objeto (objeto sexual). Dentro de esta fase se desarrollarán tres actividades.
La primera comprende el análisis en el aula (de Tutoría, de Inglés o de otra materia) de las escenas que anteriormente hemos comentado, a saber: viaje en coche al instituto y encuentros frente a las taquillas, que son consecutivas (de 0h. 06’ 22” a 0h. 10’ 24”) y ligue en la biblioteca (de 0h. 31’ 14” a 0h. 34’ 00”). Estos fragmentos habrán sido previamente acotados por el profesor (tal y como aquí se propone, por ejemplo) y darán lugar a un pequeño debate sobre cómo se representan en ellas estos estereotipos, volviendo a visionarlas las veces que sea necesario, y planteándole también al alumnado la cuestión de si creen que los artífices de la película las representaron así de forma premeditada o se trata de algo que se introdujo inconscientemente.
La segunda actividad se centra en la transformación de Arnie, transformación que le permite ligarse a Leigh, la chica guapa recién llegada al instituto. En este caso se le planteará al alumnado que analice los cambios que se producen en Arnie desde que se le cae la basura cuando sale de su casa (0h. 05’ 50”) hasta que Leigh y él aparecen en el campo de fútbol americano y se besan apoyados en una flamante Christine, ya completamente restaurada (0h. 39’ 54”). La cuestión se propondrá en una ficha e irá acompañada de un par de capturas de fotogramas representativos de ambas escenas que permitan apreciar los cambios en la apariencia física y la ropa de Arnie, así como la flamante presencia de su nuevo coche en el caso de la segunda. Tras un tiempo para el trabajo individual o por grupos habrá una puesta en común y se volverá sobre las escenas y los planos de la película que reclame el alumnado, comentándolas en gran grupo.

La última actividad comprende el trabajo sobre la contraposición de estereotipos hombre/mujer a través de los personajes de Dennis y Leigh. En este caso se le pide al alumnado que recuerde y comente escenas concretas que sirvan para ilustrar dos parejas de contrarios: activo/pasiva y fuerte/débil. Nuevamente se presentará una ficha con una serie de fotogramas representativos que les proporcionen pistas, de escenas como el reto (1h. 32’ 18”) y, fundamentalmente, de la secuencia del enfrentamiento en el taller (de 1h. 32’ 57” a 1h. 45’ 16”). Al final se procederá como el caso anterior (puesta en común y revisión de escenas).
- Fase 2: La inversión de los estereotipos y la mujer monstruo
Esta segunda fase se centra en el personaje de Christine y abarca cuatro actividades.
La primera comprenderá el trabajo sobre algunas de las canciones de rock que aparecen en la película, en concreto “Little Bitty Pretty One”, “Bony Moronie” y “Bad to the Bone”, bien sobre el fragmento que se incluye o sobre toda la canción (“Bad to the Bone” aparece completa al final del filme, acompañando los créditos). Al alumnado se le entregará una ficha que incluya la letra de cada una de ellas y una serie de cuestiones para favorecer su análisis: sexo del que canta, qué se cuenta y quién lo cuenta, qué estereotipos de los que venimos empleando desde el inicio aparecen asociados a cada sexo. Al final habrá una puesta en común en la que el profesor terminará de caracterizar este tipo de música como explícitamente sexista.
La segunda actividad se basa en el análisis de las secuencias de la muerte de Moochie (de 1h. 01’ 32” a 1h. 05’ 56”) y Darnell (de 1h. 17’ 58” a 1h. 22’ 28”), en las que las canciones de rock que suenan en la radio del coche (“Little Bitty Pretty One” y “Bony Moronie” respectivamente) provocan el efecto de extrañamiento al que ya nos hemos referido más arriba, tanto debido a la inversión que se produce por emplearlas como “la voz” de Christine como por el contexto en el que aparecen. Primero se visionarán las dos secuencias y, tras ello, se le presentará al alumnado una ficha dividida en dos partes. En la primera aparecerán tres fotos y dos columnas, a la izquierda Christine y a la derecha Moochie y Darnell, para que se les asignen los estereotipos de género que, en este caso, se presentarán sin asociarse por sexo y desordenados, de la siguiente manera: objeto, fuerte, presa, valiente, indefenso, dominador, cazador, débil, consumidor, pasivo, sexo débil. En la segunda, se le pide al alumnado que analice la presencia de las dos canciones en el nuevo contexto de la película, que explique cómo cambia su sentido y qué sensación le provoca. Al final habrá una puesta en común.
La tercera actividad consiste en trabajar sobre la presencia de “Bad to the Bone” en la primera secuencia tras los créditos, que aparece como música extradiegética y se emplea para caracterizar a Christine. Tras proyectarse el fragmento en el que suena la canción (de 0h. 01’ 32” a 0h. 03’ 11”, hasta que el capó del coche cae sobre la mano de operario), se le pedirá al alumnado que reflexione sobre el resultado de sustituir al que entona la canción por el personaje de Christine, que le encuentre un equivalente femenino a este estereotipo del “rompecorazones” y explique si tiene las mismas connotaciones que en el caso masculino.
Como siempre, habrá una puesta en común, durante la que el profesor ilustrará al alumnado sobre el carácter negativo y maligno que la sociedad occidental siempre ha asociado con lo femenino, desde el Antiguo Testamento o la mitología griega, proyectándose nuevamente el tráiler de la película (en el que se relaciona a Christine con el infierno y el diablo).
La última actividad consistirá precisamente en que los alumnos investiguen sobre una serie de personajes femeninos negativos de la mitología, el folclore, la literatura o el cine, como por ejemplo Pandora, las amazonas y las vampiras, para que después recuerden y comenten escenas concretas de la película en las que se puedan establecer paralelismos entre esos personajes y Christine. Durante la puesta en común, el profesor localizará los planos y escenas mencionados por el alumnado para comentarlos en gran grupo.

Autor: Santiago García Ochoa
Doctor en Historia del Arte (Universidade de Santiago de Compostela) y profesor de Educación Secundaria (IES Manuel Chamoso Lamas), actividad que compagina con sus investigaciones centradas en el cine español (Carlos Saura), la relación del automóvil con la cultura del siglo XX, el desarrollo metodológico de una iconología fílmica y la didáctica del cine.