Un proyecto de escritura: los catálogos

En plena formación de la competencia literaria y lingüística de los niños y niñas, pocas veces se tiene información previa a la lectura. La herramienta adecuada para obtener estos datos son los catálogos, porque ofrecen informaciones diversas y útiles que ayudan a una mejor comprensión del texto. En este artículo comprobamos cómo, a través de los paratextos, podemos contribuir a crear lectores autónomos.
El adulto y el niño se enfrentan de manera diferente a la lectura literaria. Mientras el adulto habitualmente dispone de una enciclopedia cultural que le permite contar con una información previa sobre, por ejemplo, el autor, el género o el contexto literario; el niño, en plena formación de su competencia literaria y lingüística, pocas veces tiene datos similares.
Pero hay formas de obtenerlos. A menudo es el profesor el que llena estos huecos informativos, pero si el objetivo es crear un lector autónomo podemos contar con otro elemento importante: los paratextos que aportan datos sobre el texto.
Aunque consideramos el tema muy interesante1, la propuesta que desarrollamos sólo se centrará en uno: el catálogo. Este opúsculo ofrece informaciones diversas y muy útiles a los profesores que ayudarán a una mejor comprensión del texto porque pueden establecer predicciones sobre lo que leerá, además de ayudarle a elegir adecuadamente el título. Por eso, por una parte, es imprescindible desarrollar actividades para enseñar a leerlos y, por otra, también es necesario que autores y editores los cuiden para poder aprovechar unos elementos con tanta fuerza significativa.
Los catálogos
Todas las editoriales editan periódicamente catálogos; ya hemos dicho que son unos opúsculos con una función esencialmente publicitaria y promocional, que informan de la producción editorial reciente. Paradójicamente, los autores de los libros que se publicitan no toman ninguna decisión en su elaboración, sólo el editor es el responsable; y, a diferencia de la literatura legitimada, el receptor de este paratexto no es el lector sino el profesorado.
Todas las editoriales de literatura para niños y jóvenes presentan un producto con una serie de especificidades que lo diferencian de los utilizados habitualmente por buena parte del resto de editoriales. La principal es el hecho que se dirigen sólo a una parte especializada del público: aquellos que recomiendan la lectura del texto al lector y que utilizan la escuela como el principal circuito literario. Como consecuencia, consideran el lector como escolar, de hecho, mayoritariamente la clasificación de los libros no viene determinada por la edad sino por el nivel educativo del lector potencial. Por lo tanto, la información que se da sobre cada libro destaca las partes que se relacionan con los contenidos escolares, anestesiando el resto.
Otras características no menos importantes son las siguientes: se publicitan colecciones completas agrupadas según la edad lectora recomendada o el nivel educativo. Gráficamente, no están concebidos como una simple lista, sino que se editan a todo color, reproduciendo la portada del libro, el resumen y una relación de los posibles contenidos escolares interesantes. Incluso se incorporan textos dirigidos a los profesores alabando las particularidades didácticas o los contenidos escolares.
Así pues, a partir de la información del catálogo el profesor puede formarse unos criterios para la compra o la recomendación de libros. La información tiene que ver con la edad lectora o el nivel educativo recomendado, el tema, el argumento, los protagonistas o los valores que transmiten, principalmente. Esta información se comunica al alumnado a través de explicaciones orales, de fichas escritas, etc., y él puede utilizarla para elegir más acertadamente el libro que tiene que leer y para generar mejores hipótesis interpretativas.
Ficha 1. Lectura
I. Organización general del catálogo
- ¿Cuántas partes forman el catálogo?
- ¿Qué información aparece en cada una?
- ¿Qué tipo de libros aparecen?
- ¿Qué orden se sigue para agruparlos (alfabético, genérico, temático…)?
- ¿Qué información se destaca más?
- Etc.
II. Organización de la página
- ¿Cómo se organiza una página?
- ¿Cómo se disponen los textos (en columnas, a toda página…)?
- ¿Qué tipografía se utiliza en los títulos, los textos…?
- ¿Qué ilustraciones se utilizan?
- Etc.
III. Organización de los datos sobre el libro
- ¿Qué tipo de datos aparecen sobre el libro?
- ¿Qué aspectos se destacan: autor, tema, colección, etc.?
- ¿Qué tipografías se utilizan?
- Lingüísticamente, ¿cómo se organiza la información?
- Etc.
Proyecto de lectura y escritura a partir de los catálogos
Dado el interés de estos paratextos, proponemos un proyecto de lectura y de escritura para conocer las informaciones que las editoriales dan sobre los libros que publican en los catálogos y para editar uno propio que recoja las lecturas realizadas durante el curso.
El proyecto se divide en dos partes: una primera de observación de las informaciones lingüísticas y no lingüísticas de los catálogos de las editoriales y, una segunda, de escritura de un catálogo de los libros que ya han leído para publicitarlos en la biblioteca, en el curso siguiente, etc.
Lectura de los catálogos
El proyecto se inicia con la lectura de diferentes tipos de catálogos que publiciten literatura para niños y jóvenes. Esta fase es fundamental puesto que el objetivo es conseguir información para crear modelos y redactar uno propio que informe sobre los libros que han gustado a toda la clase.
Proponemos una lectura guiada por el profesor a partir de una ficha (ficha 1) que permitirá al estudiante extraer la información necesaria. Aconsejamos utilizar catálogos de lenguas diferentes para poder interpretar la información que dan los colores, las ilustraciones o las diferentes tipografías al margen de la información que dé el texto. Lógicamente, el profesor adecuará cada ficha propuesta tanto al objetivo concreto que plantee como al grupo de estudiantes.
La ficha 1 tiene el propósito de conseguir una lectura más exhaustiva. Diferencia tres niveles de búsqueda: en primer lugar, el análisis de la organización general de la información; en segundo lugar, de la información de cada página y, finalmente, el tipo de redacción y de datos que se facilitan en los apartados dedicados a los libros o a las colecciones concretas. En los tres casos, el análisis incluye tanto las informaciones lingüísticas como las no lingüísticas puesto que en la elaboración de catálogos, es aconsejable que se incluyan ilustraciones, colores, tipografías, etc.
La lectura y la posterior recogida de datos a partir de la ficha anterior, la pueden realizar mediante uno o dos catálogos. Posteriormente, con los datos ya clasificados en la ficha, hace falta hacer una puesta en común, para la cual podemos seguir los pasos siguientes:
Cada grupo informará al resto sobre el resultado de la búsqueda;
- Organizaremos todas las informaciones en una ficha similar a la que reproducimos a continuación (ficha 2) donde destacamos las características que aparecen en todos los catálogos, sólo en algunos o bien que aparecen excepcionalmente.
Con los resultados de la puesta en común podremos comprobar las diferencias entre unos editores y otros pero, sobre todo, dispondremos de las características que estarán presentes en su catálogo.
Producción de catálogos
La fase siguiente del proyecto consiste en elaborar un catálogo a partir de los libros que han leído durante el curso o en cursos anteriores. Pero, como en todo proyecto de escritura, antes de iniciar la textualización hace falta tomar decisiones relativas a la planificación del texto, es decir, decidir desde el contexto social y físico de recepción del texto hasta el tipo de datos que se destacarán o el lenguaje que utilizarán.
En nuestro caso concreto, los datos que necesitamos tener presentes en la fase de planificación del texto son los siguientes:
- El tipo de lector;
- El formato: medida, forma de escribir, etc.;
- Los datos que aparecen en la organización general del catálogo, en cada una de las páginas y el tipo de información que sobre cada libro hace falta incluir; en este caso, las informaciones extraídas durante la fase anterior
son fundamentales para guiarlos en las decisiones que tienen que tomar; - La manera de agrupar los libros: por géneros, por temáticas, por gustos y, a la vez, sobre la manera como marcarán esta agrupación (dibujos indicadores, colores, etc.);
- La forma de la maqueta de una página que servirá de ejemplo y de guía para la elaboración posterior.
Esta información es decisiva tanto para adecuar el texto al contexto donde se recibirá, como para diferenciar entre información principal y secundaria. Como en el caso anterior, la ficha 3 les puede servir de guía.
Ficha 3. Producción del catálogo
I. ¿A quién vamos a informar?
- ¿Quién es el lector?
- ¿Qué edad tiene?
- ¿Le gusta leer?
- ¿Dónde vamos a distribuir el libro?
- Etc.
II. ¿Qué aspecto general tendrá el catálogo?
- Sobre la lengua:
- ¿En qué lengua lo vamos a escribir?
- ¿Qué registro utilizaremos?
- ¿Qué tipo de vocabulario utilizaremos?
- Etc.
2. Sobre el aspecto gráfico:
- ¿Cuántas páginas tendrá el catálogo?
- ¿Qué tipo de formato?
- ¿Incluiremos dibujos o diseño gráfico por facilitar la lectura de la información?
- ¿Qué tipografías usaremos?
- ¿Será en color o en blanco y negro?
- ¿Aparecerán las portadas de los libros? ¿Y la fotografía del autor?
- Etc.
III. ¿Cómo organizaremos el catálogo?
- ¿Agruparemos los libros por géneros, por temáticas o por gustos?
- ¿Cómo distribuiremos la información en una página?
- ¿Cómo estructuraremos la información de cada libro?
- Etc.
Ficha 4. Información sobre el libro
Título Ficha del libro
Ilustración de la portada Autor
Resumen del libro (Ilustrador)
Editorial
Colección
Formato
Número de páginas
La parte fundamental de esta fase es la elaboración del resumen del libro: siempre hace falta escribir teniendo en cuenta las observaciones realizadas en la fase de lectura. Con todo, consideramos fundamental que el profesor distribuya diferentes resúmenes de otros libros que puedan servir de modelos. Además les recordaremos que no se trata de dar toda la información sino de elegir aquella que despierte el interés lector. La manera de redactarla será importantísima para que el lector elija el libro que le recomendamos. Debemos insistir que el objetivo de este texto es conseguir una intriga sobre el contenido del libro para que se acabe leyendo.
Como texto de observación, también podemos utilizar los resúmenes sobre los seriales televisivos o sobre las películas que aparecen en el apartado de programación televisiva (por ejemplo la que ofrece la página de Tele 5 www.informativos.telecinco.es/parrilla_hoy.htm) o de la cartelera de los diarios o revistas especializadas para analizar la información que dan y la que esconden, y el tipo de redacción que se utiliza.
Notas
- El lector puede ampliar la información en Gemma Lluch (2003): Análisis de narrativas infantiles y juveniles.Cuenca: Universidad de Castilla LaMancha, pág. 37-46.
- Este artículo es una adaptación del publicado en la revista Articles de Didàctica de la Llengua i de la literatura 21. La primera traducción se ha realizado con el programa Internostrum. Sistema de traducció automàtica castellàcatalà. www.internostrum.com (Visitado el 14 de mayo de 2004)
Autor: Gemma Lluch Crespo
Gemma Lluch Crespo es Catedrática de la Escuela Universitaria en la Facultad de Filología de la Universidad de Valencia. Es patrona de la Fundació Bromera per al Foment de la Lectura y miembro del Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana.

