Yo, robot

Artículo publicado en el número 27 de la revista Making Of
Artículo publicado en el número 27 de la revista Making Of

Aunque a priori se pudiera pensar que Yo, robot es un film de acción al servicio de una estrella internacional como Will Smith, lo cierto es que esta traslación al cine de la obra más conocida de Isaac Asimov ha resultado ser una grata sorpresa.

Los antecedentes

Isaac Asimov (Petrovich, 1920-Nueva York, 1992) fue uno de los científicos y escritores de Ciencia Ficción más prestigiosos del siglo XX. Aunque nacido en Rusia, fue nacionalizado estadounidense desde su más tierna infancia, Asimov es uno de los más prolíficos autores de obras de divulgación científica, entre las que destacan “El Universo” (1967), “Historia Universal” (1965-1975) y “Los peligros de la inteligencia” (1986). Dentro de la producción literaria de Asimov, tienen una gran importancia las obras dedicadas a la Ciencia Ficción y al universo de los robots. Entre éstas destacan “Yo, robot” (1950), “El sol desnudo” (1957), “Los propios dioses” (1972), “El monstruo subatómico” (1985) y “Preludio a la fundación”(1988). Murió en la ciudad de Nueva York en 1992 a los setenta y dos años de edad.

Una de los datos más sorprendentes dentro de la obra literaria de Asimov es que, a pesar de su popularidad y su éxito comercial, el mundo del cine nunca mostró excesivo interés por trasladar sus obras a la gran pantalla. A diferencia de lo acontecido con otros autores del género como Philip K. Dick o Ray Bradbury, la obra de Asimov nunca había suscitado el reclamo de las grandes productoras de Hollywood. Tal vez la complejidad de sus argumentos, la filosofía implícita dentro de sus relatos y la poca acción, que no emoción y reflexión, presente en sus cuentos y novelas ha motivado que los guionistas y directores se decantaran por autores de Ciencia Ficción con un potencial, a priori, mucho más comercial que el de Asimov. A pesar de ello, hemos de señalar que el autor norteamericano guionizó varios capítulos de la mítica sería de televisión norteamericana Out of the Unknown y que en 1988 su novela “Nightfall” fue llevada al cine a través de una película de bajo presupuesto totalmente olvidada (y olvidable). Como curiosidad reseñar que en 1966 el español Antonio Lara adaptó uno de los cuentos de Asimov en el cortometraje El robot embustero.

No será hasta 1999, ya después de su muerte, cuando una de las creaciones de Asimov sea llevada a la gran pantalla con vistas a una explotación comercial masiva. Será el director Chis Columbus quien, con un presupuesto de más de cien millones de dólares y el protagonismo de Robin Williams, adapte el relato corto “El Hombre Positrónico”, dando lugar a la película El hombre bicentenario. Aunque esta cinta, interesantísima e injustamente vilipendiada por los sectores de la crítica más inamovibles, fracasó estrepitosamente en las taquillas de todo el mundo, lo cierto es que muchos constataron que la producción literaria de Asimov, convenientemente despojada de los aspectos más complejos, tenía un potencial cinematográfico tremendo. A partir de esa premisa, la adaptación de su novela más conocida, el bestseller “Yo, robot”, no podía hacerse esperar.

Lo cierto es que, desde el momento de su publicación hace más de cincuenta años, la obra de Asimov ya ha estado en el punto de mira de muchos productores cinematográficos. Cuando a finales de los años noventa la compañía Disney estaba a punto de dar luz verde a la realización de la película, el fracaso comercial de El hombre bicentenario, hizo que la productora vendiera los derechos de la novela a la Fox. Éstos se pusieron manos a la obra y le encargaron la realización del guión a Jeff Vintar (autor del libreto de Final Fantasy) el cual, con bastante inteligencia, decidió crear una nueva trama en la que, respetando la filosofía con la que Asimov impregnó a su la obra, pudiera introducir situaciones y personajes que garantizaran la comercialidad del film.

Una vez escrita, lo fundamental era encontrar a un director acostumbrado a manejarse en los terrenos del cine de Ciencia Ficción comercial, pero con la suficiente personalidad como para darle al producto un toque cualitativo que hiciera honor a tan ilustre precedente literario. En primer lugar se pensó en Bryan Singer, realizador de las destacables X-Men y X-Men 2, que rechazo la oferta al decantarse por una nueva versión de las aventuras de Superman. El siguiente en la lista era el australiano Alex Proyas, realizador de la excelente Dark City, que aceptó la oferta y se puso a trabajar de inmediato.

Una vez elegido el realizador, era imprescindible encontrar al actor que encarnara al detective Del Spooner que, aunque no aparece en la novela original, era el que llevaba todo el peso específico de la acción. Aunque se barajaron varios nombre (a Tom Cruise, Brad Pitt o Ben Affleck se les ofreció el papel), finalmente sería Will Smith el que, a cambio de 15 millones de dólares, se pondría al frente de la película. Para acompañarle se contratarían a actores de prestigio como Bridget Moynahan, James Cromwell o Alan Tudyk que sería el encargado de las voces y los gestos del robot Sonny.

Con un presupuesto de 105 millones de dólares y un rodaje de más de seis meses en la ciudad de Vancouver, que hace las veces de Chicago, la película ya estaba lista para entrar en la fase más dificultosa: la inserción de los efectos especiales generados por ordenador. Digital Domain, la empresa fundada por James Cameron, fue la encargada de crear los más de 900 planos que requerían de efectos visuales. Para dar vida al robot Sonny, se utilizó una técnica similar a empleada con el Gollum de El Señor de los Anillos: filmar a un actor real que interpretara al robot para, posteriormente, borrarlo digitalmente e insertar en su lugar al personaje digital. Este procedimiento también se repitió en la secuencia en la que aparecen más de 300 robots enfrentándose entre ellos.

El estreno norteamericano de la cinta cumplió a la perfección las expectativas generadas por los productores: la película no sólo se ha convertido en una de las más taquilleras del verano, sino que también ha funcionado de maravilla en los mercados internacionales. La buena acogida del público, unida a una correcta recepción crítica, ha originado que la misma Fox esté preparando el guión sobre la saga galáctica de “La Fundación” y que la Universal prepare la adaptación de “La caverna de acero”. Por fin, parece que los amantes de la Ciencia Ficción van a poder ver la obra de Asimov trasladada al mundo del cine.

La historia

Chicago, año 2035. En el mundo futuro, los robots son algo común y cotidiano, ayudan al ser humano a realizar todo tipo de tareas. Un 20% de la población tiene uno de esos ingenios en su casa ya que, gracias a la evolución de la inteligencia artificial y la robótica, éstos se han convertido en los mejores ayudantes y trabajadores con los que se puede contar.

La razón por la que todo el mundo confía en los robots y se siente seguro a su lado reside en que, al ser diseñados, se les han implantado tres leyes que cumplen escrupulosamente. Éstas son: 1) Ningún robot puede hacer daño a un ser humano ni permitir que, a causa de su pasividad, éste lo sufra; 2) Un robot obedecerá las órdenes que nos den los seres humanos excepto en los casos en que dichas órdenes estén en discrepancia con la primera ley; 3) Un robot debe proteger su propia existencia, siempre que dicha existencia no suponga discrepancia con la primera y segunda ley.

Un buen día el detective Del Spooner, una persona que odia a los robots ya que, a causa de la intervención de uno, el salvó la vida y la perdió una niña pequeña, recibe una llamada para investigar el homicidio del Dr. Alfred Lanning, la máxima autoridad en el tema de la robótica y copropietario de U.S. Robotics, la empresa más importante del mundo en la creación de seres de inteligencia artificial. Aunque a priori todo parece indicar que se trata de un suicidio, la investigación llevada a cabo por el detective Spooner demuestra no sólo que el doctor pudo ser asesinado sino, lo más sorprendente, que su asesino pudo ser un robot.

Como el presunto asesinato se ha cometido unos días antes de que la empresa lance al mercado el nuevo y revolucionario modelo robótica NS-5, todos quieren que la investigación se desarrolle con tranquilidad y que la fobia de Spooner hacia los robots no resulte perjudicial para nadie. Con la ayuda de una psicóloga especialista en inteligencia artificial, el detective persigue al  principal sospechoso del asesinato del doctor, un robot llamado Sonny, un ser inteligente y educado, que parece no seguir ninguna de las tres leyes que marcan la robótica.

A pesar de que Sonny niega en todo momento su participación en los hechos, nada parece muy claro en las reacciones del robot. Tras enfrentarse a un ejercito de androides que pretenden acabar con su vida, Spooner descubre que el asesinato de Lanning no es más que el inicio de una conspiración a partir de la cual los robots intentarán dominar el mundo para evitar que los humanos se destruyan y cometan más atrocidades. A partir de ahí, el detective tendrá que adivinar quién está detrás de todo y cuáles son sus motivaciones.

Nuestra opinión

Aunque el fantástico ha sido tradicionalmente uno de los géneros cinematográficos más injustamente tratados, en la actualidad parece existir bastante unanimidad a la hora de reconocer que, dentro de sus filas, se están produciendo las películas más interesantes y creativamente arriesgadas del mercado. Si bien es cierto que dentro del cine de acción o de las comedias dramáticas se lleva bastante años repitiendo clichés y lugares comunes, hemos de constatar que los creadores que se mueven dentro de los parámetros del fantástico están dando lugar a propuestas innovadoras que, sin perder su carácter comercial, intentan ofrecer nuevos puntos de vista sobre la creación cinematográfica. Films como Inteligencia Artificial, Horizonte Final, El amanecer de los muertos, La matanza de Texas 2004 o Dark City no sólo logran entretener y cautivar al público; también proporcionan elementos para reflexionar sobre las complejidades del confuso mundo en el que vivimos.

Precisamente el director de Dark City, el australiano Alex Proyas, es el responsable de la adaptación de la novela más conocida del prestigioso científico y novelista Isaac Asimov. Partiendo de la base de que el material original era francamente complejo a la hora de pensar en una posible adaptación cinematográfica (la novela carece de cualquier tipo de acción y sí cuenta con mucha reflexión sobre el papel de la humanidad en una sociedad tecnificada), los responsables optaron por una alternativa muy inteligente: respetar la filosofía y la intencionalidad que impregna la narración a través de un argumento completamente distinto que sólo sigue, en líneas generales, las ideas plasmadas por Asimov. La jugada, tal como se puede comprobar, ha salido francamente bien y el resultado final ha resultado ser excelente.

Los espectadores que asistan a la proyección de Yo, robot se encontrarán con una película que, aunque mantenga los esquemas del cine de acción al uso, les sorprenderá gratamente por su enérgica realización, su interesante diseño de producción y por la reflexión que plantea sobre cuál ha de ser el papel de la tecnología en el mundo en el que vivimos. Para sustentar su discurso, el director utiliza a dos personajes tan antitéticos como contradictorios: el tecnofóbico policía encarnado magníficamente por Will Smith (que detesta la inteligencia artificial y la robótica, pero que, paradójicamente, depende de ellas para sobrevivir) y la doctora Susan Calvin (una mujer que es especialista en algo tan intrínsecamente ligado al ser humano como es la psicología) cuyos centro de interés son los robots. A partir de este juego de contrastes, la película se articula a partir de las falsas apariencias y los dobles sentidos; en esta cinta nada es lo que parece y todo parece ocultar una complejidad mucho mayor de lo que la superficie nos deja ver.

Combinando de una forma inteligente la acción con la reflexión, la cinta recoge algunos momentos de una emoción incuestionable. Cuando el policía se encuentra con los robots desechados en cajas contenedoras; cuando el científico explica la idea de dotar de sentimientos a los androides y su miedo ante las consecuencias que se pueden derivar de todo ello; la imagen del interrogatorio al androide Sonny y su reacción, puramente humana, de negar lo que resulta absolutamente evidente. Son, en definitiva, fragmentos de buen cine que hacen que el interés de la cinta aumente y que los espectadores podamos empatizar con todos los puntos de vista de la historia.

Capítulo aparte merece el tratamiento interesantísimo de las secuencias de acción en las que la espectacularidad y la eficacia de los efectos especiales, no están reñidos con una narrativa que, en todo momento, deja ver a los espectadores lo que está sucediendo en pantalla. Acostumbrados como estamos a realizadores cuyos planos no duran más de dos segundos, el poder contemplar y entender la historia de forma clara es algo que tenemos que agradecer. Evidentemente, a ello también ayuda la interpretación de un Will Smith el cual, ya olvidada su etapa como El príncipe de Bel Air, cada día está demostrando con sus películas que es uno de los mejores actores de su generación.

Entretenida, aparentemente sencilla, espectacular y con la capacidad de mantener a los espectadores pegados a la butaca, ésta es una de las películas más interesantes de cuantas se han estrenado durante el pasado verano en nuestras carteleras. Si nuestros prejuicios e ideas preconcebidas no son lo suficientemente intensas como para rechazar a priori una película como ésta, disfrutaremos del título de forma absoluta. Y es que, aunque a veces no lo parezca, una película no necesariamente ha de ser independiente o realizada en Irán para resultar atractiva.

Visión didáctica del film

Tal como hemos señalado al principio de este artículo, Yo, robot es una excelente película para ser trabajada dentro del aula. Y lo es no sólo por los incuestionables elementos que propone para el debate, sino porque las características específicas de su argumento nos permitirán aplicarla en varias áreas curriculares. Pocas veces nos vamos a encontrar con una cinta tan interesante como ésta, desde el punto de vista de los alumnos, y tan aplicable desde la perspectiva pedagógica. Veamos algunos aspectos concretos.

Conocimiento del medio Natural y Ciencias Experimentales

Algunas propuestas podrían ser:

  • En la película se habla continuamente de robots y de ingeniería robótica. Busca información sobre los robots y realiza un breve escrito. ¿Qué diferencias existen entre un robot y un androide? ¿Qué utilidad tienen los robots hoy en día? ¿En qué ámbitos de nuestra vida diaria se utilizan?
  • Formar equipos de investigación sobre la inteligencia artificial con el objetivo de averiguar hasta qué punto el contenido central de la película, en la actualidad, pertenece a la Ciencia Ficción y qué perspectivas hay de futuro.
  • Constatar cuáles son los elementos tecnológicos novedosos que ofrece la película y las posibilidades científicas de que éstos se hagan realidad.
  • Estudiar el tema de los trasplantes de órganos y constatar la viabilidad de que nuestros órganos naturales, en caso de conflictos, sean sustituidos por órganos artificiales. A este respecto algunas cuestiones a tratar serían:
  1. ¿Qué órganos del cuerpo humano pueden ser trasplantados hasta el momento?
  2. ¿Qué consecuencias pueden producirse tras un trasplante?
  3. ¿Existen órganos artificiales? ¿Cuáles?
  • Aspectos relacionados con los hologramas como:
  1. ¿Qué es un holograma?
  2. ¿Qué mecanismos científicos se han de seguir para lograr uno?

Conocimiento del Medio Social y Cultural

  • Busca información sobre quién inventó la primera máquina con inteligencia artificial. ¿Con qué intención fue creada?
  • ¿Qué repercusiones tuvo la invención de los electrodomésticos en la vida cotidiana de las personas? ¿Cómo ha afectado eso a las relaciones laborales? ¿Cómo se plasma esa idea en la película?
  • Buscar información sobre los cambios que ha sufrido nuestra ciudad en los últimos años. ¿Los cambios que se muestran en la película son consecuentes con la información que tú has obtenido? ¿Dentro de qué ámbitos se notan mayores progresos?

Lengua y Literatura

En esta área, pueden plantearse las siguientes cuestiones:

  • Hacer un resumen breve de la película.
  • Explica en qué consiste el género literario de Ciencia Ficción. Escribe otros géneros literarios que conozcas indicando sus características. Haz lo mismo con los géneros cinematográficos.
  • Buscar el perfil biográfico de Isaac Asimos y citar algunas otras obras suyas.
  • Buscar información sobre otros autores que se hayan dedicado a la Ciencia Ficción. Cita sus obras más importantes y representativas e indica si alguna de ellas ha sido adaptada al cine en alguna ocasión.
  • Inventar la continuación de la historia a partir del momento en el que Sonny reúne a todos los robots en la colina abandonada.
  • La película Yo, robot nos plantea una metáfora sobre cuál puede ser el futuro de la humanidad. ¿Qué es una metáfora? ¿En qué situaciones se utilizan las metáforas?
  • Realizar un listado con los distintos personajes que aparecen en el film y buscar un adjetivo que permita definirlos.
  • Imagínate que te contratan en un periódico para realizar la crítica de la película. ¿Cómo la llevarías a cabo? ¿Qué aspectos destacarías por encima de otros?
  • Cita algunos seres artificiales que hayan sido protagonistas de obras literarias o cinematográficas. Indica, a rasgos generales, cuáles son las características de estos seres.

Educación en Valores

  • ¿Qué valores encuentras en la película? ¿Con qué personajes los identificas?
  • Desde tu punto de vista, ¿cuál es el tema principal que trata la película? Como se ve reflejado este tema a lo largo de las dos horas de proyección.
  • ¿Con qué valores identificarías a el detective Spooner? ¿Y a la doctora Susan Calvin? ¿Y al doctor Alfred Lanning?
  • Desde tu punto de vista, ¿qué valores y actitudes positivas adquiere Sonny según va transcurriendo la película?
  • ¿Consideras que la reacción del cerebro central, dentro de la perspectiva tan cuadriculada que puede tener un ser artificial, resulta coherente con su forma de entender el mundo? Justifica la respuesta.
  • Después de analizar los diferentes valores que hacen de Sonny un robot “especial” intenta justificar qué es lo que hace humano al individuo.
  • Explica cuáles podrían ser las ventajas y los inconvenientes de la inteligencia artificial.
  • Realiza un listado en el que se especifiquen argumentos a favor y en contra de los avances tecnológicos. Intentad debatir estos argumentos entre todos los miembros de la clase.
  • Cuando una persona se define como tecnofóbica o tecnofílica, ¿qué queremos decir? ¿Cuál de las dos crees que es la postura más adecuada?
  • Debatid la siguiente afirmación, adoptando posiciones contrapuestas. El grupo se dividirá en dos subgrupos: quienes defiendan el sentido y validez de la afirmación y quienes estén en contra. Se busca generar ideas, argumentarlas y tratar de convencer a otros.

“Por muchos años que trascurran,
por muchos avances que logre obtener
la ciencia, el ser humano jamás será capaz de crear una criatura capaz de amar,
sentir, soñar, padecer, reír, llorar, sufrir. Ese es un privilegio reservado únicamente a Dios y a la madre naturaleza”.

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Autor: Nacho Jarne Esparcia

Nacho Jarne Esparcia es profesor de Tecnología Educativa de la Universidad de Barcelona.


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