Buscando a Nemo

En esta ocasión, se comenta las posibilidades didácticas del film de animación que más ha recaudado en todo el mundo: Buscando a Nemo, largometraje producido por Pixar Animation Studios y Walt Disney Pictures, y distribuido por Buena Vista International Pictures.
Los antecedentes
Hace pocas semanas, una noticia nos sorprendía a todos los aficionados al cine de animación: la factoría Disney anunciaba el cierre de su división de dibujos animados en Florida. Tras más de ochenta años de producción ininterrumpida, la compañía cerraba los estudios que más fama, prestigio y reconocimiento internacional le había reportado hasta la fecha. Los fracasos consecutivos de sus productos de animación clásica Atlantis: el imperio perdido, El Planeta del Tesoro y Hermano Oso (todavía sin estrenar en nuestro país), unido a los descomunales éxitos de cintas de animación por ordenador como Shrek, Ice Age. La Edad de Hielo y, sobre todo, Buscando a Nemo, han sido el detonante de esta dramática decisión. Los directivos de Disney han decidido dedicar sus esfuerzos a la animación directamente pensada para vídeo y televisión, que resulta muy barata y terriblemente rentable, y a las producciones hechas íntegramente a través del ordenador.
Y es que las cifras cantan por sí solas. El éxito de la animación en 3-D es incuestionable hasta la fecha. De las 11 películas que se han estrenado siguiendo esta técnica, únicamente Final Fantasy (por su indefinición estilística, endeblez temática y, probablemente por la presencia del gafe de Ben Affleck en el doblaje) ha pinchado en taquilla. Ítem más; hasta una producción tan modesta como la española El Bosque Animado, funcionó de maravilla en las taquillas nacionales e internacionales. Ello demuestra que el público empezaba a estar cansado de las historias hechas con la animación tradicional y decidía buscar nuevos referentes estéticos más acordes con los referentes sociales (y sí, hablamos de los videojuegos) con los que nos encontramos hoy en día. Si a todo ello le unimos una variable tan sorprendente en como la crítica haya saludado a todas estas cintas con un entusiasmo fuera de lo normal, nos daremos cuenta de cuáles son los motivos por los que Disney ha decidido apostar por los ordenadores en detrimento de las dos dimensiones tradicionales.
Otro factor que los directivos han tenido en cuenta a la hora de tomar esta decisión, ha sido la seguridad de contar con una empresa como Pixar para llevar adelante sus proyectos. Recordemos que Pixar no sólo fue la que estrenó en 1995 Toy Story, la primera producción realizada íntegramente por ordenador, sino que es la que siempre ha marcado la pauta en cuanto a estilo, innovaciones tecnológicas y originalidad en la puesta en escena. La empresa californiana es un cheque al portador, una baza segura a la hora de lanzar al mercado un producto de calidad, que cuente con el beneplácito del público y que, a la vez, genere beneficios en las taquillas de todo el mundo. Por mucho que nos duela, aquellos dibujos que una vez nos fascinaron van a acabar desapareciendo para dar paso al impulso de las nuevas tecnologías. Como decía el ilustre sabio: renovarse o morir.
Y, llegados a este punto, cabe hacernos una pregunta: ¿Qué hubiera pasado si Buscando a Nemo no se hubiera convertido en la película de animación más taquillera de la historia y la novena en recaudación global? ¿Qué reacción hubiera tenido Disney si la historia del pececillo no hubiera conmovido a los críticos hasta el punto de ensalzarla unánimemente? ¿Cómo estarían ahora los directivos sin la respuesta entusiasta del público ante las aventuras de Nemo? Mucho nos tememos que la gran causante del cambio de política de Disney es, precisamente, esta película.
La historia empezó a gestarse en el año 1992, cuando el director y guionista Andrew Stanton visitó un enorme acuario en California que le impactó de tal manera que, de inmediato, empezó a trabajar sobre las impresionantes posibilidades de captar el mundo submarino mediante las técnicas de la animación generada por ordenador. A esta idea se le unió otra visión procedente de sus recuerdos infantiles: una pecera que había en la consulta del dentista a la que acudía cuando era pequeño. Por último, el detonante de la película llegó, tal como nos recuerda el propio Stanton, a partir de la relación con su hijo: “Recuerdo un día que llevé al parque a mi hijo cuando tenía cinco años. Había estado trabajando muchas horas y me sentía culpable por no haber pasado más tiempo con él. Sin embargo, reprimí ese sentimiento aunque no podía dejar de pensar en cuánto lo había echado de menos. Pero seguí caminando y diciendo: “No toques eso. No hagas eso. Te vas a caer”. Pero dentro de mi cabeza oía una vocecita que me decía: “Estás desaprovechando el tiempo que estás pasando con tu hijo”. Me obsesioné con la idea de que el miedo te puede impedir ser un buen padre”.
Uniendo estas tres ideas, Stanton ideó un guión en el que todos los elementos que rondaban dentro de su cabeza tenían que estar presentes de una forma coherente y que, a la vez, diera lugar a una historia que ofreciera los niveles de calidad a los que Pixar tenía acostumbrados a los espectadores. Una vez redactado el guión, el siguiente paso sería plantearse la realización técnica. Ésta no estaba exenta de dificultades, ya que, tal como nos recordaba Dylan Brown, el supervisor de animación, “situar a los personajes en un entorno tan complicado como el agua era lo más difícil: las luces, las ondulaciones y los mismos personajes deben dar la sensación que están en el agua, y no en el aire”.
La filmación empieza en noviembre del año 2000 y finaliza a finales del año 2002; más de dos años y 90 millones de dólares dedicados exclusivamente a crear, a través de la animación por ordenador, un entorno creíble y unos personajes que resultaran atractivos para el público. Bajo la dirección del propio Stanton y del especialista en animación Lee Unkrich, que ya había co-dirigido Toy Story 2 y Monstruos S.A., la película cumplía con creces las expectativas creadas desde un principio.
Para dotar de personalidad a los distintos seres que pueblan la ficción de sus películas, los responsables de Pixar siempre han seleccionado las voces entre los actores más conocidos de Hollywood. Albert Brooks, Ellen DeGeneres, Willem Dafoe o Geoffrey Rush fueron algunas de las estrellas que participaron en el rodaje. En español podremos escuchar las voces de, entre otros, José Luis Gil, Anabel Alonso, Manel Fuentes, Ramón Langa (la voz habitual de Bruce Willis) o Javier Gurruchaga.
Una vez finalizado el rodaje, la cinta ya estaba lista para llegar a los cine de todo el mundo. Su estreno se produjo entre una gran expectación, ya que las anteriores cintas animadas que habían llegado a las carteleras (Simbad: La Leyenda de los Siete Mares y El Planeta del Tesoro) no habían contado con el beneplácito del público. Cuando el primer fin de semana de exhibición se saldó con una cifra de 75 millones de dólares de recaudación, se disipó cualquier tipo de duda: esta película era ya un éxito. Desde el verano del 2003 hasta la actualidad, lleva amasados más de 800 millones de dólares en todo el mundo. Una vez más se demuestra que cuando un producto está hecho con cariño, esmero y teniendo en cuenta la inteligencia del público, los resultados son excelentes. Buscando a Nemo es la muestra de todo ello, tal como nos señala John Lasseter, máximo responsable de Pixar: “Gracias a esta película, Pixar y el arte de la animación generada por ordenador han alcanzado nuevas cotas. Esta película es de una belleza sobrecogedora. Además, incluye elementos de un dramatismo, una emoción y una profundidad muy realista, así como un divertidísimo toque cómico. Tengo cinco hijos, así que me siento muy identificado con la historia. A los realizadores nos encanta que los sentimientos sean sinceros y auténticos. Aunque Nemo es una historia inventada, se inspira en situaciones que al público le resultarán familiares. Por ejemplo, la relación padre-hijo, el primer día de colegio de un niño... son cosas que todo el mundo entiende, a pesar de que la historia trate sobre un pez que vive en un arrecife de coral”.
La historia
Marlin es un pez payaso que se acaba de trasladar a vivir con su esposa a un lugar tranquilo cercano a la gran Barrera del Coral. Pero la tranquilidad se rompe el día que su esposa y los huevos que contienen su descendencia son devorados por unos horribles tiburones. Del único huevo que ha quedado intacto saldrá Nemo, un pececillo al que le falta una aleta y al que su padre desde muy pequeño decidirá cuidar y proteger; incluso demasiado... Marlin vive al borde del ataque de nervios, temeroso de que a su pequeño le suceda alguna cosa mala.
Y por fin llega lo más duro para Marlin: el primer día de colegio del diminuto Nemo. El padre decide acompañarle para que no le pase nada, y vigila todos sus movimientos; incluso le sigue a una excursión que hace la clase a la que asiste Nemo, y que tiene lugar en el borde de la extensa barrera coralina tras la que viven los peces. Nemo, ante el reto que le plantean sus compañeros de clase, decide aproximarse hasta una barca que se encuentra en la superficie. De repente, aparece un submarinista que atrapa al diminuto pez payaso mientras su padre asiste impotente. Sin resignarse a perder a su pequeño, Marlin decide buscarle para intentar rescatarlo. Por el camino encuentra a Dory, una servicial pez cirujano que le ofrece su ayuda a pesar de contar con un pequeño hándicap: su memoria es espantosa y se olvida inmediatamente de todo. Ambos se lanzan a la búsqueda del pobre Nemo.
El pequeño, por su parte, se encuentra recluido en la pecera de un dentista de Sydney, donde encuentra a una serie de variopintas especies acuáticas que viven también en cautividad. Nemo es aceptado enseguida en el grupo, por lo que decide ayudar al resto a escapar a pesar de que, hasta la fecha, ningún pez lo ha logrado. Por su parte, Marlin y Dory también deben enfrentarse a grandes obstáculos en su camino: huir de tres tiburones carnívoros, luchar contra las corrientes marinas, enfrentarse a peces abisales. Todas estas hazañas se comentarán por los siete mares y llegarán hasta los oídos del pequeño Nemo. Cuando éste se entera de que el dentista piensa regalarlo a su sobrina Darla, una auténtica máquina de maldad y destrucción, para convertirla en su próxima víctima, el plan de huida debe adelantarse. Mientras tanto Merlin llega hasta Australia y allí es ayudado por un pelícano tan despistado como bondadoso. El reencuentro entre padre e hijo está próximo; entre ellos sólo se interpone el cristal de la consulta...
Nuestra opinión
En algunas ocasiones, el entusiasmo popular ante determinadas películas logra que, inevitablemente, se pierda la perspectiva sobre sus valores estrictamente cinematrográficos, haciendo que nos fijemos en otras variables, igualmente interesantes, pero que se alejan considerablemente de un ejercicio objetivo de la crítica. Algo así ha pasado con la última parte de El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, una magnifica película épica cuya media hora final es lo más ridículo que haya tenido la ocasión de ver en muchos años. Desde el punto de vista del análisis cinematográfico, la calidad técnica y la aceptación unánime por parte del público, no significa que una película sea una obra maestra. Muchas veces queremos otorgar a grandes películas papeles hegemónicos que no les corresponden. No podemos olvidar que en la historia del arte las obras maestras no se cuentan por centenares.
Algo parecido podría decirse de Buscando a Nemo. La historia tiene gancho, la animación es impresionante, los personajes están bien definidos, la historia contiene momentos interesantísimos... pero y esto siempre desde el punto de vista personal e intransferible del que suscribe, la cinta está lejos de ser la obra redonda que muchos nos han querido vender. Dejando de lado la calidad técnica con la que está realizada, que es absolutamente insuperable, lo cierto es que el brillante e impactante arranque, se ve ligeramente lastrado por una estructura central que, en algunos momentos, resulta farragosa y reiterativa, y cuya única justificación la encontramos en la innecesaria idea de que acumulando se logrará empatar más al público. Por que, ¿de qué otra manera sino se explica la secuencia con las tortugas o la estancia en el interior de la ballena? Una de las cosas más agradables que siempre ofrecían las películas de Pixar, es que en ellas la acción siempre avanzaba y en todo momento la animación estaba al servicio de la historia. Éste no es el caso de Buscando a Nemo en la que parece que los responsables se han dejado llevar por el virtuosismo técnico y han olvidado que la economía narrativa, en el ámbito cinematográfico, es la mejor fórmula para que una película funcione.
Todo ello, empero, no es óbice para reconocer que la cinta tiene momentos absolutamente sublimes y que hay personajes perfectamente definidos y absolutamente deliciosos. Éste sería el caso de Doris, de los tiburones vegetarianos (uno de los hallazgos más memorables de la cinta) o de ese final con la amenaza de las gaviotas y la consulta del dentista que deja un magnífico sabor de boca. No hay que negar tampoco lo evidente: Buscando a Nemo es una buena película, una cinta en la que se logra la complicidad del público y en la que las emociones son capaces de fluir.
Aunque es cierto que los aciertos superan a los deméritos, no por ello vamos a dejar de ofrecer nuestro punto de vista sobre la historia. Ah!, y eso que no entramos, por que no es nuestro cometido, en analizar la ideología que se desprende de la misma. Dejemos que sea cada uno de nosotros el que juzgue hasta qué punto se siente identificado con la imagen que de determinadas realidades sociales nos ofrece la cinta.
Visión didáctica del film
Como sucede con todas las películas de animación que provienen de la factoría Disney, resulta relativamente sencillo plantear una posible aplicación didáctica de Buscando a Nemo. Una de las principales características de los films de la casa fundada por Walt Disney es que, además de contar con una buena historia y una insuperable calidad técnica, suelen tratar temas que, desde un punto de vista educativo, suelen acomodarse a nuestros centros de interés. Y no sólo hablamos de aspectos relacionados con los valores o los ejes transversales, sino también con las distintas áreas curriculares.
Uno de los lugares comunes más característicos a la hora de referirnos a las producciones de Disney consiste, asimismo, en pensar que las películas están dirigidas única y exclusivamente al público infantil. Aunque éste sea un cine pensado para toda la familia, lo cierto es que las películas pueden interesar tanto a los niños como a los adultos. Ello hace que, aunque a priori la aplicación didáctica de la misma sea más adecuada para alumnos de Primaria, podamos usar la película en cualquier ciclo formativo. Aún más; las características de Buscando a Nemo y la aceptación que ha tenido por parte de todo tipo de público, todavía la hacen mucho más recomendable. Ésta es una cinta que trata valores universales, que nos plantea la problemática que conllevan las relaciones padre-hijo, que nos habla del sentido de la responsabilidad. Esto es algo que se ha de tener muy en cuenta.
Por último queremos advertir que, aunque la película sea una producción realizada íntegramente a través del ordenador, no vamos a tratar desde aquí aspectos relacionados con el lenguaje cinematográfico. Consideramos que eso sería motivo para un nuevo artículo y para un tipo de reflexión muy distinta. Dicho esto, pasemos a desglosar la cinta en función de las distintas áreas curriculares.
Conocimientos del Medio Natural
Ésta es el área a la que mejor se acomodaría Buscando a Nemo. La película trata sobre la fauna marina y la relación que ésta tiene con el entorno, por lo que no resulta complejo analizar esta circunstancia y convertirla en aprendizajes significativos. Citemos algunas de las actividades que pueden llevar a cabo nuestros alumnos desde esta área.
- Observar las especies que aparecen en la película e intentar caracterizarlas: citar su hábitat, su alimentación, la zona geográfica en la que se encuentran, etc.
- Teniendo en cuenta el tipo de especie a la que pertenecen Merlin y Nemo, sería interesante que trazáramos la ruta que siguen estos peces desde su hábitat hasta la ciudad de Sydney.
- Comentar aspectos relacionados con la alimentación de las distintas especies que aparecen en la película y relacionarlas con el ciclo vital y el equilibrio natural.
- Hablar de los peces abisales y de sus características específicas.
- Estudiar todos aquellos grupos de animales que aparecen en la película y que, sin ser peces, viven en las aguas del océano.
- Explicar el ciclo reproductor de los peces.
- Tratar el tema de las ballenas tanto desde el punto de vista de las ciencias como desde el ecológico.
Conocimiento del Medio Social
Aunque no tan importante como el anterior, esta área curricular también se puede tratar a partir de la película. Los aspectos serían de diversa índole, y estarían relacionados con la relación que mantenemos los seres humanos con el mar. Algunos aspectos a tratar serían:
- Analizar la importancia del sector pesquero en nuestra economía. Con este apartado se puede trabajar el tipo de pesca que existe en nuestro país, las principales flotas pesqueras, las industrias derivadas, etc.
- En caso de que nuestra población sea pesquera, estudiar la incidencia de ésta sobre la economía local.
- Trabajar aspectos relacionados con el respeto al medio marino. Éste sería un buen momento para introducir cómo afectan las mareas negras (hablar del Prestige y sus consecuencias) y la contaminación sobre el equilibrio natural y económico.
- Por último podemos referirnos a la industria relacionada con el mar, dejando de lado la pesquera, y a los puestos de trabajo que ésta genera.
Lengua y Literatura
Varios aspectos se pueden tratar desde estas áreas del conocimiento. Veamos algunos ejemplos concretos:
- Observar el tipo de lenguaje que utiliza cada uno de los personajes y analizar si es adecuado para su caracterización psicológica, así como las características de ese lenguaje.
- Intentar trabajar la relación de la literatura con el mar: poesía, novela, aventuras. Puede ser un tema interesante.
- Incentivar que los alumnos escriban sus experiencias con el mar y con la fauna marina. Éste puede ser un buen ejercicio de redacción y de expresión escrita.
- Incitar a que pongan por escrito su opinión sobre la película en forma de crítica.
Educación en Valores
Éste es, tal vez, el ámbito que mejor se puede trabajar a través de la película. Varios son los aspectos que se trabajan en ella que, desde nuestro punto de vista, podemos tratar. Veámoslo de forma detallada.
Sentido de la responsabilidad: Analizando las consecuencias que tienen las acciones de cada uno de los personajes; desde la actitud de Nemo al acercarse a la barca, hasta la del padre respecto a su hijo o la de las tortugas con los suyos. Dentro de la responsabilidad, algo que se podría tratar también es la actitud del dentista al regalar a su sobrina un animal que sabe positivamente que no va a cuidar y respetar. Éste es un aspecto que tenemos que tratar y contextualizarlo con el problema social de los animales abandonados en nuestras ciudades.
Relaciones entre padres e hijos: Éste es, tal como indicábamos al principio del artículo, uno de los principales temas de la película. Esto es algo que, desde nuestro punto de vista, se tendría que trabajar desde dos puntos de vista: teniendo en cuenta la postura de los padres y la postura de los hijos. La sobreprotección, como un elemento característico de determinadas relaciones paterno filiales, también es algo que hemos de tener en cuenta.
Respeto al diferente: Nemo es un pececillo que sufre una disminución física: tiene una aleta deformada. A pesar de ello, el animal puede hacer lo mismo que los otros peces e integrarse perfectamente en su entorno.
La solidaridad: Ésta es una variables que aparece a lo largo y ancho de la película. Este valor aparece entre los distintos animales que ayudan a Marlin a recuperar a Nemo. Algo parecido se podría decir entre la relación de éste con Dory o de Nemo con sus compañeros de cautiverio. Éste es uno de los valores que está más presente a lo largo de la cinta.
El medio ambiente: Aunque la cinta no tenga un mensaje ecologista explícito, lo cierto es que el respeto por el medio ambiente y la ecología se puede tratar a partir de la película. Desde nuestro punto de vista, éste puede ser un tema que abarque aspectos desde lo más genérico (respeto al medio, civismo) hasta lo más específico (la contaminación marina, la matanza indiscriminada de especies). Éste es un ámbito interesante sobre el que, en función del ciclo educativo con el que trabajemos, lo orientaremos desde un punto de vista o desde otro distinto, trabajando, así mismo, unas variables u otras.
Aprender de los errores: Este tema está presente a lo largo de toda la película. Nuestros protagonistas se equivocan y saben recapacitar a tiempo para hacer las cosas bien. Muchas veces los seres humanos somos muy reacios a aceptar que nos equivocamos. El cambio, el desaprender (una manera de olvidar las ideas antiguas y abrazas unas nuevas y más útiles) y entender que los errores nos harán mejorar como personas, son unas variables muy interesantes para tratar con nuestros alumnos.
Lengua inglesa
La proyección en versión original de la película, que cuenta con un lenguaje sencillo y comprensible, también puede ser una forma de trabajar el inglés desde una perspectiva amena, divertida e integradora.
Esperamos que las actividades que hemos presentado sirvan para poder trabajar, desde una perspectiva integral e innovadora, una película tan interesante como Buscando a Nemo.

Autor: Nacho Jarne Esparcia
Nacho Jarne Esparcia es profesor de Tecnología Educativa de la Universidad de Barcelona.

