Hotel Rwanda

Artículo publicado en el número 31 de la revista Making Of
Artículo publicado en el número 31 de la revista Making Of

Análisis y enfoque didáctico de Hotel Rwanda de Terry George, un crudo retrato de la guerra civil que asoló dicho país africano.

Los antecedentes

En la década de los noventa, se produjo uno de los hechos más trágicos dentro de la convulsa historia del siglo XX. En el país africano de Ruanda, una abusrda guerra tribal, un genocidio sin precedentes, le costó la vida a más de un millón de personas.

Lo más trsite de todo es que la masacre se produjo entre vecinos, entre tribus enfrentadas que, a causa de las incoherentes divisiones geográficas llevadas a cabo durante la época del colonialismo, dieron rienda suelta a sus odios ancestrales de la manera más irracional que se pueda imaginar. Así, cuando los extremistas hutu masacraron a sus vecinos tutsi, y a cualquier hutu moderado que se interpusiera en su camino, ante la vergonzosa pasividad del mundo occidental, la humanidad dio un paso hacía atrás en su búsqueda hacia un mundo donde la paz y el respeto fueran la prioridad máxima. Una vez más, el hombre demostraba que era capaz de cometer las mayores atrocidades.

Lo más triste de todo este conflicto fue que, ante la falta de interés de los medios de comunicación, muy pocos fuimos los que nos enteramos de lo que estaba pasando en aquel lejano país. Igual que sucede en la actualidad en Sudán o el Congo, cuando una guerra ni es mediática ni está sujeta a intereses políticos o ideológicos de toda índole, como la de Irak, nuestra proclamas en favor de la paz son inexistentes.

Como todo conflicto bélico, en Ruanda trambién hubo personas que, por encima de la dificultades, intentaron ayudar a los demás a costa de poner en peligro sus propias vidas. Éste es el caso de Paul Rusesabagina, un hombre que, gracias a su tenacidad, logró salvar la vida de 1.268 personas. Desde el hotel MIlle Collines de Kigali, Paul logró esconder a tantas personas como pudo y darles cobijo hasta que finalizó la matanza étnica. Su historia no sólo ha quedado grabada en los corazones de todas las personas que sufrieron la barbarie en Ruanda, sino que llamó la atención del director Terry George que presentó la historia a un grupo de productores de Hollywood. Éstos no sólo vieron en ella la posibilidad de reeditar los éxitos económicos y críticos logrados con La lista de Schindler (una película con la que Hotel Rwanda guarda muchos paralelismos), sino que también barajaron la posibilidad de crear una cinta temñaticamente arriesgada que pudiera llamar la atención de la comunidad internacional sobre un tema tan tristemente ignorado por todos. Obviamente, tampoco olvidaron que este tipo de historias son ideales para lograr prestigio y aspirar a competir con éxito en la carrera hacia los Oscar.

Éste fue el argumento que le interesó al productor Alex Ho. Tal como él recuerda: "Es una historia que significa mucho para mí, y es el tipo de historia que realmente me gusta". "Trata de un hombre corriente que, a instancias de su mujer, utliiza su posición para ayudar a los demás. Entretanto, se embarca en un viaje de descubrimiento que hace de él un hombre mejor".

Cuando viajó a Ruanda para localizar los exteriores, Terry george pudo conocer a muchas de las personas que se refugiaron en el hotel Mille Collines. El director se quedó sorprendido por al admiración que esas personas tenían por Paul. Pero ello no fue nada comparado con lo que el director sintió cuando visitó uno de los lugares de la masacre. "Visitamos lo que fue una escuela técnica en Marambi, al sur de Ruanda", comenta George. "Pasé por habitaciones donde se apilaban los esqueletos momificados de las cerca de 40.000 personas que fueron masacradas durante cuatro días en abril de 1994. Mientras escuchaba al único superviviente contar la historia de esos días, sentí una necesidad imperiosa de realizar esta película".

Para George era muy importante que la película no tuviera la estructura de un documental, sino que el espectador tuviera claro que eso era una historia basada en hechos reales contada desde una perspectiva cinematográfica. Según el director, "era muy importante para la película basarse en el personaje y la evolución de dicho personaje. Por ello, hemos destacado los sucesos particulares que fueron la fórmula de su triunfo: el hecho de poder sobrevivir teniéndolo todo en contra. Cuando más disfruto de mi trabajo es cuando sé que el proyecto va a iluminar y, con suerte, dar fuerzas a la gente".

Con la finalidad de lograr el mayor verismo para la historia, se intentó buscar a los actores más adecuados que lograran encarnar con credibilidad a los distintos personajes. Por ello, Hotel Rwanda cuenta con un reparto estelar. En el papel de paul encontramos al aclamado actor Don Cheadle. Este actor, visto en El demonio vestido de azul, Boogie Nights o Ocean´s Eleven, es uno de los mejores intérpretes afroamericanos del actual panorama cnematográfico hollywoodiense. Según el director, la gran capacidad de Don es que "coge una escena, te da dos o tres versiones de cómo debe interpretarse, todas perfectas, y puedes pasar a la siguiente. El estuvo el primero en el rodaje y aguantó todos los chaparrones sin perder la sonrisa".

Aunque la película está basada en hechos reales, Cheadle procuró permanecer fiel al guión todo el tiempo y confiar en el buen hacer de los que lo habían escrito. "Nuestro objetivo fue siempre contar esta historia de la manera más convincente y coherente posible", afirma. "La historia está muy bien estructurada, en cuanto a la evolución de todos estos personajes y a su progresión. Tratamos de mantener eso. Era importante que contáramos la historia que nos habíamos comprometido a contar, es decir, un relato asombroso y trágico - trágico para el mundo que sucediera en la manera en que sucedió. Pudo haberse evitado la tragedia si el mundo se hubiera mojado".

No resultó fácil elegir a la actriz que interpretara el papel de Tatiana pero, como recuerda Georgfe, "Alex Ho y yo habíamos visto a Sophie Okonedo en Dirty Pretty Things y la elegimos inmediatamente para el papel. Después vi algunos desus otros trabajos y tuve claro que Sophie y Don podían producir la quómica necesaria que necesitábamos para la pareja de enamorados de Paul y Tatiana. Luchamos para que se contratara a Sophie y estoy convencido de que su interpretación nos dará la razón".

Para el coronel Oliver, se  contó con uno de los mejores actores de carácter de Hollywood. Nick Nolte, que además estaba interesado en participar en la película, dota a su personaje de una inmensa humanidad que contagia a los espectadores. Por otro lado, es uno de esos actores con la capacidad de desaparecer completamente dentro de un personaje; se confirma como uno de los secudarios de lujo de la cinematografía mundial. Es el perfecto contraste para la soberbia interpretación de Don Chadle. El director, al respecto del reparto, comentó que: "Hemos tenido muchas suerte con este reparto. Todos los actores con los que hablamos se mostraron entusiasmados con la película. Y cuando llegaron a Sudáfrica, todos estaban en el mismoequipo e hicieron su trabajo". "Este era un proyecto que nos infundía respeto a todos los que participábamos en Hotel Rwanda, pero parece que el desafío sirivió para estimular a todo el que trabajó en la película, desde nuestros excelente reparto y el equipo técnico hasta los extras, que se levantaban al amanecer en los distritos de Alexandra y tembisi de Johannesburgo para hacer posible esta historia épica. Estoy orgulloso de todos los que han trabajado en esta película y mehonra haber tenido la oportunidad de contar la historia de Paul, Tatiana, su familia y el pueblo ruandés. Sólo espero haber hecho justicia a su acto de heroísmo".

Tras un rodaje bastante intenso de más de tres meses que se llevó a cabo entre Ruanda y Sudáfrica, la película estaba lista para ser estrenada en todo el mundo. Con un presupuesto de 30 millones de dólares, la película sólo funcionó moderadamente bien. Una historia dramática sobre una tragedia que asoló a un país sobre el que los medios no prestaron excesiva atención, no partía con todas las ventajas para hacerse con el corazón de los espectadores: a pesar de los numerosos premios y nominaciones con los que contó, lo cierto es que su carrera comercial no acabó de despegar. Las tres nominaciones a los Oscar de este año ayudaron a que la cinta fuera algo más conocida en los circuitos internacionales. Por otro lado, la crítica tampoco ha sido excesivamente benevolente con el film. Para los críticos, ésta es una cinta sensiblera que no es capaz de centrarse en el verdadero drama que sufrieron los ciudadanos ruandeses durante esos fatídicos días.

La historia

A unas horas de la firma de un esperado convenio de paz, respaldado por la ONU, entre las dos tribus que configuran el paisaje humano de Ruanda, los hutus y los tutsis, pequeños acontecimientos empiezan a perturbar la paz del país. Todo se desencadena cuando soldados hutus instigan por radio a erradicar la invasión asesina de los tutsis. Paul Rusesabagina  es Hutu y director del hotel Mille Collines en Kigali, propiedad de las aerolíneas belgas Sabena. Respetado por su humanidad, su carisma y los contactos que tiene, se ve involucrado en el transcurso de los acontecimientos cuando amenazan de muerte a su mujer de etnia tutsi; a sus hijos y vecinos. Gracias a distintos sobornos, Paul logra sortear los primeros obstáculos, con la esperanza de que las fuerzas internacionales lleguen en cualquier momento para evitar la guerra civil y una masacre en la que los tutsis tienen todas las de perder. Sin embargo, la situación se recrudece.

Tras el asesinato del presidente ruandés, comienzan las matanzas indiscriminadas de tutsis a manos de los soldados y ciudadanos hutus. Ante la situación, Paul toma la decisión de proteger a los suyos en el hotel, al que empiezan a llegar miles de personas pidiendo auxilio. Mientras un joven cámara, reportero de la BBC, asiste al espectáculo dantesco y Paul hace uso de todos los recursos y sobornos posibles para mantener con vida a los tutsis refugiados en el hotel.

Cuando llegan las fuerzas internacionales, todo los ruandeses ven con escepticismo como éstas se limitan a evacuar a los ciudadanos blancos y devolverlos a sus países de origen. A pesar de la orden de no intervención de las fuerzas internacionales, Paul reciben ayuda del coronel Oliver de la ONU que, defraudado por el comportamiento de la comunidad internacional, intentará ayudar a los tutsis como pueda. En ese intervalo Paul, logrará cobijar y proteger primero, y salvar después, la vida de miles de personas que confiaron en él: tanto su mujer Tatiana como sus hijos y a los 1200 vecinos tutsis que, atemorizados y amenazados, llegan al hotel pidiendo auxilio y protección. Esta será una experiencia irrepetible que marcará sus vidas para siempre.

Nuestra crítica

Hotel Rwanda es una película cuyo visionado es absolutamente necesario. La cinta nos puede emocionar, impactar, indignar, sobrecoger e, incluso, aburrir... pero seguro que no nos va a dejar indiferentes. Uno no puede evitar, tras la proyección, sentirse en una posición incómoda de vergüenza y entristece a la vez. Hotel Rwanda nos recuerda que fuimos nosotros, ciudadanos pasivos, los que no hicimos nada ante uno de los genocidios más grandes que recuerda la humanidad. Como sucede en todos los ámbitos de la vida, también existen conflictos mediáticos que son capaces de centrar nuestra atención. Y es que, ¿qué nos puede importar a nosotros una guerra en un lugar remoto de África en el que, además, ni siquiera podemos culpabilizar a los Estados Unidos?

En este sentido, la película se muestra como un espejo deformado en nuestra realidad: detrás nosotros permanecemos cómodamente sentados en la paz de nuestros hogares,un hombre como Paul Rusesabagina es capaz de hacer llegar su propia vida por salvar a unos conciudadanos.

El irlandés Terry George, discípulo aventajado de Jim Sheridan con quien lo escribió En el nombre del padre y director de En el nombre del hijo,  es una persona conoce bien la violencia y los efectos colaterales que esta causa; no en vano George vivió en la violenta y convulsa Irlanda de finales de los años 80.  Lo que el realizador hace con la película es recordarnos que si eres negro, pobre y vives en un lugar que nadie conoce, no esperes que la comunidad internacional se movilice o que la televisión te presta atención. Para potenciar esta idea, el director, al hablar de los personajes extranjeros, se centra en tres figuras: un impotente coronel Oliver y anteponer las órdenes a su percepción real del conflicto, una voluntariosa e inoperante miembro de la Cruz Roja o la figura de un periodista norteamericano es incapaz de lograr que los sucesos tengan mayor repercusión: Tanto el ejército como la prensa las subvenciones gubernamentales, saben lo que ahí se está cociendo y no saben o no pueden hacer nada más para evitarlo. La vergüenza y el sentimiento de culpa de todos ellos es la sensación que nos queda nosotros como espectadores.

Tal vez esta vertiente humana, la capacidad de la cinta para conmovernos hasta extremos inimaginables, es lo que le proporciona tanto activo y lo que hace que, de alguna manera, ser difícil valorar la función de criterios estrictamente cinematográficos. Hay films que, como éste, son necesarios, por lo que sus cualidades artísticas pasan a un segundo plano. Ello, empero, no es óbice para reconocer que la cinta está bien construida, realizada con un ritmo adecuado y una sala con emoción y pulso firme. La hermosa fotografía de Robert Fraisse y la música de Andre Guerra  ayudan a lograr esa sensación de armonía que lograr todo el conjunto. Por supuesto, las magistrales interpretaciones de todo el reparto ayudan a otorgar empaque a un flim que, si bien se fundamenta precisamente en ellos, no olvida ofrecernos unos personajes interesantes y profundamente humanos.

A la cinta se le puede achacar un exceso de sensiblería en algunos pasajes, así como cierta tendencia al maniqueísmo y ofrecer personajes secundarios excesivamente planos. Terry George no es un virtuoso de la cámara,  pero sí un buen narrador, un hombre concienciado con lo que cuenta, que creen en el poder del cine para crear un estado de opinión y para despertar la conciencia de los espectadores. Esto se ve claramente en la renuncia del director a mostrar la violencia de una forma descarnada y, de esta manera, llegar a una cantidad mayor de público.

En definitiva,una película interesante que, lamentablemente y a pesar de las nominaciones a los Oscar, ha pasado sin pena ni gloria por las carteleras de nuestro país.

Aplicación didáctica

Una de las mayores virtud de este Hotel Rwanda es que su utilización didáctica se puede implementar tanto por los estudiantes Educación Primaria como con los de Secundaria. Esto se debe a que el tratamiento del tema, a pesar de su dureza, está realizado con la suficiente sensibilidad como para que los alumnos de los últimos años de Primaria pueden reflexionar sobre un acontecimiento tantos libros como éste.

Estamos hablando de un acontecimiento no conocido por nuestros alumnos, no estaría de más que, antes de su proyección, los educadores sobre algunos temas específicos que ayudarán a motivar a sus alumnos. Explicar la historia de origen de los conflictos que narra la película, incidir en la verdadera magnitud de una de las tragedias más nefastas del siglo XX y dar tres o cuatro apuntes sobre el proceso de gestación de la película, nos permitirá ver la cinta con otros ojos. Dentro de la presentación, sería bueno contextualizar geográfica e históricamente la película. Dar algunos datos de colonialismo o sobre papel de la ONU y los medios de comunicación en determinados conflictos.

Una vez comentada previamente la película, ya podemos entrar a trabajar con ella. Desde nuestro punto de vista, y cada docente es libre de decidir la opción que más le convenga, lo verdaderamente interesante es trabajar aspectos relacionados con la temática principal de la cinta. Así, trabajaremos los siguientes aspectos.

Ruanda

Este  pequeño país africano es el escenario en el que se desarrolla toda la película. Dos tribus, los tutsis y los hutus, peleadas ancestralmente han estado embarazadas en luchas continuas a causa de un estúpido distribución geográfica donde lo que primo fueron los intereses de las grandes potencias coloniales. sería interesante que los alumnos buscaran información sobre este país con la finalidad de entender mucho mejor cuál es la génesis del problema y nos presenta la película.

Actividades:

  • Busca información sobre Ruanda: su estructura social, política, económica, sus principales características geográficas, etc.
  • Donde radica el origen del enfrentamiento entre las dos tribus ruandesas. Y qué punto se encuentra, en estos momentos, la relación entre las dos tribus.
  •  Busca información sobre el conflicto que sólo Ruanda. Buscar cuáles fueron las causas e intenta hacer un trabajo de investigación donde se describa todo el proceso que sufrió dicho conflicto.

El papel de las fuerzas de la ONU

Y más concretamente a sus altos mandos, que con su actitud pasiva, frívola y sin tener muy claro cuál era su misión en Ruanda, y obviando lo que realmente sucede en el país, acaban siendo cómplices de la matanza indica que se nos narra en la película y, por ende, de la barbarie que supone cualquier afrenta a los derechos humanos de tal calibre. La apatía y la hipocresía de los altos mandos que prefieren cerrar los ojos es representativa del tema tratado. Su función como fuerza pacificadora se desvanece desde el momento en que priman los intereses políticos y económicos sobre las vidas de las personas que están padeciendo los rigores de la confrontación.

Cuestiones para la reflexión:

  • ¿Cómo calificarías la postura de los responsables de las fuerzas de intervención de la ONU ante la situación de matanza étnica ocurrida en Ruanda a mediados de los 90?
  • ¿Crees que  estas fuerzas cumplen con una misión pacificadora o sólo intentan dar una buena imagen ante la opinión pública?
  • ¿Cómo crees que tendrían que haber actuado ante la situación expuesta en la película? ¿Y ante el conflicto bélico en general?
  • Busca  información sobre otros conflictos bélicos en los que hayan participado las fuerzas de pacificación de la ONU. ¿Cuál fue su papel en estos conflictos?
  • Comenta la siguiente frase: "No existe en la neutralidad cuando existen los asesinatos".
  • Busca información sobre la ONU. Su historia, orígenes, estructura, sedes, responsables, etc.

Los medios de comunicación

La visión del director y guionista nos ofrece de los medios de comunicación es bastante ambigua y, desde nuestro punto de vista, se corresponde bastante fielmente al papel que normalmente juegan estos en los distintos conflictos bélicos. Si la guerra entra dentro de los intereses políticos mediáticos, estas publicitadas y la opinión pública pone el grito en el cielo. Si no es así, como en este caso, las muertes no tiene ninguna repercusión para nosotros. La prensa desatada desde dos puntos de vista: como medio agitado, a través de la radio ruandesa, y como elemento que asiste impasible al drama: representado por el periodista norteamericano.

Cuestiones para la reflexión:

  • ¿Qué opinión te merece el papel de los medios de comunicación en la película? ¿Y en los distintos conflictos bélicos?
  • ¿Crees que la tolerancia hacia el sufrimiento humano reñida con la libertad de prensa? ¿Existen límites al derecho a la información?
  • ¿Consideras hipócrita la postura de la prensa a lo largo de la película?
  • Busca otros ejemplos en los que un medio de comunicación, en este caso la radio, haber sido capaz de crear una alarma social esta magnitud.

La tolerancia en la película

Hotel Rwanda nos habla de la tolerancia y de humanidad, pero también la falta de ella. La cinta empieza con un conflicto bélico, continuó con la historia de una persona que lucha por ayudar a los demás y sigue con la reacción de varias personas y colectivos respecto a la masacre está aconteciendo. Así, si algo nos enseña esta magnífica película es que la tolerancia sólo se produce cuando somos capaces de ponernos en el lugar de los demás. Para ser tolerante, hay que ser capaz de respetar, enfatizar, intentar conocer y respetar las opciones de los demás. Lo que nos demuestra director a lo largo de la película es que las palabras y la compresión pueden ayudar a que seamos capaces de ponernos en el lugar del prójimo. Sólo el diálogo, las ganas de respetar otras opciones que vienen dadas por el diálogo y el respeto nos harán avanzar en la dirección correcta. Ante ello, el protagonista decide asestar su vida para ayudar a los que, lejos de ser de otra tribu, son sus vecinos y amigos.

El conflicto de Ruanda es sólo una muestra más de la falta de diálogo entre las personas. Hemos de ser capaces de escuchar y ser escuchados; vigilar y comprender; intentar respetar todo tipo de acciones por la vía pacífica. Luchas ancestrales, o de folículos han forzado la historia de la humanidad y la han llevado hasta límites de crueldad intolerables. Tal como demuestra la cinta la tolerancia se muestra cuando existe buena voluntad, no todos luchamos por un bien común, cuando nuestros objetivos son algo tan simple, y a la vez tan complicado, como es ayudar a las personas que sufren.

El visionado de Hotel Rwanda necesariamente nos ha de hacer reflexionar sobre cuál es nuestro papel ante determinados  y situaciones que se producen a nuestro alrededor. Considero muy importante tener en cuenta los antecedentes que muestra la película. Este respecto, no podemos olvidar esta matanza se produjo por la pasividad de todos nosotros ante algo que se producía lejos de nuestras fronteras. En lo respecta a personas de otras etnias, razas, religiones y culturas, no es algo exclusivo de Ruanda: pasa cerca de nosotros cada día.

Si de algo nos ha de servir esta magnífica cinta es para entender que hay circunstancias que están por encima de cualquier interés o ideología. Es únicamente una cuestión de respetar los seres humanos por lo que son y por cómo son. Es por ello que hay que trabajar este tema lograr que nuestros alumnos sean capaces de ponerse en el lugar de los demás.

Autor: Nacho Jarne Esparcia

Nacho Jarne Esparcia es profesor de Tecnología Educativa de la Universidad de Barcelona.


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