Un álbum de pequeñas historias

Descripción del proceso de creación del cortometraje Pequeñas historias, proyecto audiovisual del IES Son Pacs de Palma (Mallorca).
A veces estamos
demasiado dispuestos
a creer que el presente
es el único estado posible
de las cosas.
A la búsqueda del tiempo perdido de Marcel Proust
Dirección: José Juan Guijarro
Nacionalidad y Año de producción: España, 2020
Duración: 8'20 min.
Interpretación: Mariona Llobera, Marta Pujol, Miquel Balle, Laura Andreu, Ona Ballester, Mercè Bennasar, Ramon Coca, Daniela Crespí, Sara Egea, Pau Forss, Jesús Marí, Lluc Martorell, Isabel Ribas, Martí Ripoll, Maria Romero, Yago Sevilla, Rafael Vairoletti y Lluc Verdera
Participación: Toni Torres, Francisca Colom, Pep Guijarro, Toni Rotger y Caterina Bibilon
Agradecimientos: a Andreu y Joan Homar por la generosa oferta de la Possessió Biniforani Nou, a Anita Palou y Tolo Pons y Maria Rosa Miquel, por permitirnos la invasión de su casa, a Maria Gràcia Cloquell y a Jordi Cloquell, imprescin-dibles para un retorno al pasado, y a Andrés Suárez, siempre
Música original: (con licencia personal Jamendo) You and Me de Denys Rybkinx
YouTube: www.youtube.com/watch?v=P-XB0WK1eqk
Descripción del proyecto
Nuestro proyecto nace con el objetivo básico de crear una producción audiovisual que sea cohesionadora de toda la comunidad educativa de nuestro centro mediante el fomento del intercambio intergeneracional de experiencias.
Pequeñas historias hace referencia a la investigación, reconstrucción, interpretación y deleite de todas aquellas anécdotas perdidas en el tiempo, en la memoria de nuestras abuelas y abuelos y, sobre todo, en su recuperación. Siempre reflejado todo en un resultado final en formato película protagonizada por las jóvenes actrices y los jóvenes actores de nuestro instituto.
No se trata de una fórmula extraña en nuestro centro escolar, puesto que ya venimos de una larga tradición de proyectos que reúnen alrededor de la imagen en movimiento el trabajo académico del aula, la transversalidad en la reflexión en valores educativos y la participación de las familias en los procesos que se van planificando. Han sido proyectos que nos han dado extraordinarios resultados, con valoraciones y galardones en muchos ámbitos, y que incluso han sido premiados en numerosas ediciones de los Premios Baldiri-Reixac para estudiantes y en festivales de cine escolar nacionales e internacionales.
En la presente propuesta, por primera vez hemos buscado la implicación de la tercera generación familiar, la más veterana, del alumnado de Son Pacs: las abuelas y los abuelos.
Los objetivos del proyecto se desarrollan y concretan en los siguientes puntos:
1. Favorecer la comunicación oral.
2. Mantener la atención en los periodos de intervención de los mayores.
3. Expresar sentimientos de afecto hacia las personas mayores, abuelas y abuelos, favoreciendo el conocimiento mutuo.
4. Expresar libremente, a través de la representación plástica y/o dinámica, las propias vivencias.
5. Tener una imagen ajustada de sí mismo dada por la aceptación y la confianza propios, y el autocontrol en el comportamiento.
6. Adquirir actitudes positivas hacia los otros y respetar las ideas, maneras de ser, edad.
7. Participar en el grupo con diálogos, expresiones de afecto y sentimientos y mostrar actitudes de ayuda y colaboración.
8. Distinguir diferencias y parecidos entre la infancia de nuestros mayores y la nuestra. Conocer su contexto social y su momento histórico. Nombrar y reconocer diferentes plantas, animales y objetos que nos presentan los abuelos en sus intervenciones.
9. Interesarse por las fiestas y tradiciones de nuestra comunidad que nos cuentan los abuelos.
10. Valorar, en definitiva, las aportaciones que pueden hacer las personas mayores.
Siempre hemos contado con la intervención de todos los estamentos del centro, desde los alumnos (obviamente) pasando por los compañeros profesores y la colaboración del personal no docente, pasando por las familias y consiguiendo la mayor cantidad posible de agentes de nuestro entorno (ayuntamientos, otras escuelas, organizaciones de la sociedad civil, etc.). Esta vez la gran apuesta era sumar a los abuelos para conseguir hacer oír lo que en clase denominaremos las voces envejecidas.
Hemos enviado al alumnado a capturar la voz de la experiencia, las anécdotas vividas, rememorar un pasado protagonizado por el propio narrador. Y, en mucho de casos, hemos descubierto que se están perdiendo los momentos en que se comparten las historias pequeñas familiares. Así que nuestro proyecto se configura como un alegato al reencuentro intergeneracional, a las sobremesas largas, a la conversación dulce.
Además, y por desgracia, las circunstancias le confirieron a Pequeñas historias un valor especial que jamás nadie pudo imaginar ni prever. Todo el proyecto quedó terminado exactamente a finales de febrero de 2020, fecha de dar por terminada la película, enviada al festival Internacional de Cine en Catalán FIC-CAT y subida, por lo tanto, a la plataforma YouTube... exactamente dos semanas después vivimos el confinamiento.
Y empezó la tristeza, el aislamiento, la distancia, el sufrimiento, la añoranza precisamente de nuestros protagonistas: los mayores, los abuelos... el miedo. De repente todos nos dimos cuenta del valor de las voces envejecidas, y de su fragilidad.
El proyecto ha alcanzado múltiples metas:
• En primer lugar, guionizar los recuerdos, las historias de las abuelas, los abuelos, madres y padres, antiguas anécdotas que pudieran construir una historia moderna basada en el trabajo colaborativo. El trabajo en equipo parte de un grupo-clase de 20 alumnos, nuestra optativa «Taller de cine» de primero de ESO. Su trabajo empieza imaginando una historia que acabará siendo un cortometraje con todas las características de una producción audiovisual compleja y, casi, semiprofesional.
• En segundo lugar, hacer un homenaje a nuestros mayores y a la comunicación que va desapareciendo. Un territorio en el cual los jóvenes se mueven cada vez con más desconocimiento a pesar del esfuerzo de las escuelas de Primaria de nuestro entorno que trabajan también la recuperación de la cultura oral.
• Investigar el momento histórico, aprovechando la necesidad de filmar escenas dentro de las verdaderas localizaciones donde transcurrieron los recuerdos que conjuraban nuestros cuentacuentos.
• Implicar a todos los estamentos del centro, alumnado, profesorado y familias en busca del vestuario, los elementos de la época; la ambientación en definitiva.
• Conseguir una lista de voluntarios muy especial, única. Por primera vez, pedir a los alumnos que volvieran a casa a reclamar voluntarios para hacer de actores de nuestro cortometraje. Narradores ante la cámara de sus propias experiencias vitales, sus recuerdos... Entrañable e inolvidable experiencia.
¿A qué necesidades detectadas da respuesta nuestra experiencia?
La principal necesidad a la cual el proyecto audiovisual da respuesta cada año es, en colaboración estrecha con el departamento de actividades extraescolares, la de la participación de la familias. Familia y escuela tenemos que empezar a trabajar día a día desde el mismo bando, remando en la misma dirección y sentido. Para que esto ocurra, es necesario que nos centremos en buscar formas y fórmulas de participación, vías de colaboración, puntos de encuentro, etc. Poder colaborar será el resultado de un trabajo conjunto. Es cierto que ya existen algunas formas establecidas de participación como son las AMPAS, los consejos escolares, las tutorías o las escuelas de madres y padres. Y también tenemos que jugar juntos, y reír juntos. Vías de colaboración acordes al mundo en que vivimos.
Formar parte de la realización audiovisual, participar en los rodajes, integrarse dentro de los equipos de trabajo y ser «propietarios» de la gran fiesta de final de curso, gastronómica y cinematográfica es uno de los rasgos más característicos del IES Son Pacs.
La cultura y el arte en nuestra experiencia
El cine, el séptimo arte. El vehículo integrador de la literatura, la pintura, la fotografía, el teatro, la música... Son tantas las disciplinas artísticas que se conjugan: la creatividad en el aula. Quizás es esta la gran pieza del puzle escolar que tenemos la fortuna de poder situar en primer lugar en este proyecto. No es ningún secreto que la asignatura de la cual emana y nace todo el proceso que estamos exponiendo tiene un aroma de ilegalidad peculiar.
En nuestra comunidad, y según la actual ley educativa, no existen estas optativas de libre configuración; aunque, en los casos que con el apoyo de los equipos directivos, podemos ofrecerlas, su demanda es enorme. Y los procesos que se generan, siempre transversales y en contenidos no reglados, crecen exponencialmente gracias al elevadísimo grado de motivación del alumnado.
Enseñar a hacer cine en la escuela, utilizando el registro cinematográfico como una forma de expresión para los alumnos, es enseñar a pensar.
Cada joven participante se convierte en poco tiempo en un experto técnico en el lenguaje de la imagen en movimiento, participando en todas las fases del proyecto... la guionización (con las conversaciones en casa pidiendo a sus mayores historias antiguas y anécdotas de su época), la ambientación (investigando los lugares reales donde tuvieron lugar las historias), el vestuario (de los años 40 y 50, durmiendo en los cajones)... en definitiva, el juego inicial se va volviendo aprendizaje.
Es curioso comprobar cómo desde aquello que se imaginó hemos llegado a los fotogramas ya finalizados. La energía se vuelve electricidad, la actividad es febril, el rodaje divertido, todo el mundo forma parte activa del equipo, cada miembro cuando no interpreta, es un ayudante de producción o de dirección. Y el control de la técnica, de la edición y el uso de los conocimientos adquiridos es espectacular.
Competencias transversales trabajadas
Cada historia que narramos esconde una lección, una competencia transversal, y la defensa de un valor. Desde siempre, nuestras producciones promueven valores, participan y refuerzan otros proyectos del centro: el de medio ambiente, el de coeducación e igualdad, el de convivencia, el de cultura clásica y el de nuestra propia cultura.
Historias pequeñas además de fomentar valores como la amistad, la superación o el trabajo en equipo, pretende concienciar al alumnado de la importancia y el valor de las personas mayores en nuestra sociedad, así como de sus virtudes.
Al tiempo promueve el respeto y la educación hacia las personas mayores en general, y pretende establecer una buena predisposición por parte del alumnado para tener una relación más profunda y entrañable con sus abuelos y abuelas.
Por todo esto, los objetivos en relación a la transversalidad de este proyecto son:
• Valorar la creación audiovisual como resultado de la reflexión sobre nuestro entorno y nuestra vida.
• Utilizar nuestros vídeos con un objetivo pedagógico: la educación sobre valores y en temas actuales en relación con los jóvenes, la revisión y adaptación de cuentos y anécdotas.
• Dinamizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, movilizando a la comunidad escolar de nuestros centros en un proyecto multidisciplinar.
• Fomentar el respeto a épocas diferentes, a distintos puntos de vista.
• En paralelo, aprovechar el estímulo de este esfuerzo para perfeccionar en los alumnos su capacidad de trabajo en equipo y el uso creativo de las TIC.

Los retos y la aventura del rodaje
Habitualmente, el primer reto es la configuración de un buen equipo de trabajo muy estructurado y muy coordinado que sea capaz de llevar a cabo un proyecto de creación audiovisual ambicioso y creativo.
La selección del tema, como tantas veces a lo largo de los años, es muy aleatorio, depende de la suerte, de la opinión de los jóvenes que conforman el grupo de alumnos del «Taller de cine» de cada generación, depende de una chispa de imaginación. Y es el que marca la hoja de ruta y los escalones de una escalera llena de grandes momentos.
n el presente proyecto, los primeros pasos se dieron buscando información en las familias. Un cuestionario pidiendo «aquellas historias de los abuelos que habéis escuchado desde pequeños una y mil veces, aquellas historias que conocéis casi palabra por palabra, que habéis pedido disfrutar una y otra vez a sabiendas de al detalle qué gesto, qué expresión, qué mirada las acompaña».
Posteriormente realizamos una selección de las más accesibles a nuestras posibilidades para el rodaje a lo largo del curso escolar (rechazando, por ejemplo, anécdotas divertidísimas de verano, chapuzones, o gamberradas en ríos y torrentes, ya que íbamos a realizar la filmación en meses muy fríos), hasta llegar al guion definitivo.
Pero realmente el principal reto era conseguir nuestro elenco, para nuestro crisol de historias pequeñas conseguir que los narradores quisieran participar como actores y actrices. Cuando las nietas y nietos realizaron la demanda no fue fácil encontrar voluntariado con la poca vergüenza necesaria. Pero nada es imposible.
Disfrutamos de la participación de tres narradores-actores de lujo. Con entrevistas previas preparatorias, llenas de recuerdos entrañables donde la conversación entre los abuelos y sus nietos, ya ante el profesor que lo iba capturando todo, está repleta de momentos únicos.
Como última anécdota queremos recordar la maravillosa y curiosa participación de otro actor: el auténtico protagonista de una de las historias. Toni mantiene una relación personal y de amistad con uno de nuestros abuelos. Y para él fue un momento muy especial poder aparecer en un breve momento en la reconstrucción del recuerdo infantil que comparte y en el que participó realmente. De hecho, fue el que nos consiguió el permiso para filmar en el auténtico campo de los naranjos donde sucedieron los hechos narrados en el cortometraje.
¿De qué forma el proyecto ha tenido en cuenta intereses y experiencias previas del alumnado?
Con nuestra asignatura se produce una curiosa circunstancia que merece la pena explicar. Nuestro centro (del extrarradio de la ciudad de Palma) se nutre mayoritariamente de cuatro escuelas de Primaria (Bunyola, Palmanyola, Son Sardina y Establiments). Es un microcosmos muy reducido donde el pequeño universo del cine de Son Pacs es muy conocido (por hermanos mayores, por el fin de curso anual y por las no pocas repercusiones mediáticas de premios y actividades que realizamos). Por lo tanto, en el momento de matricularse por primera vez, la demanda para cursar «Taller de cine» es enorme, tanto que se tiene que realizar un sorteo con presencia de la presidenta de la APIMA para evitar susceptibilidades en la lista de admitidos.
Con todo ello, pretendemos explicar las enormes expectativas y los intereses previos que existen a la hora de formar parte del proyecto audiovisual cada año, siendo muy sensibles los responsables del proyecto a promover fórmulas para aprovechar esta energía y curiosidad de las familias.
Probablemente nunca como esta ocasión, porque la historia de Historias pequeñas es su historia.
Por este motivo y, con este contexto, cualquier actividad que promovemos desde el «Taller de cine» incorpora las vivencias, la creatividad, y el propio interés de los miembros del grupo. Aprenden por qué les gusta contar las historias que contamos: son siempre sus propios relatos, aparecen sus sentimientos y sus puntos de vista. Y con Historias pequeñas, como ya hemos dicho, reconstruimos su pasado, su lejana historia oral. Y la guardamos en imágenes para siempre.

El trabajo en forma cooperativa y en equipo
Todo el trabajo de elaboración de un producto audiovisual sería imposible sin el trabajo en equipo. Es como un edificio en el cual tienen que funcionar cada uno de los elementos que lo conforman, fontanería, electricidad, encofrado, pintura, etc. Y del cual la labor actoral, la fachada es su carta de presentación. En nuestra metodología, cada alumno tiene que estar presente en todos los momentos de la creación audiovisual, tiene que participar e intervenir y, aunque se respeten en los títulos de crédito de la película la división de funciones clásica, realmente trabajamos de forma mucho más cooperativa.
Todos redactan el guion, todos están presentes en los rodajes, todos son actores, todos toman decisiones de montaje y posproducción, y todos son protagonistas en el estreno; sin diferencias.
- Ventajas del aprendizaje colaborativo
- Interdependencia positiva
El poder relacionarte de manera recíproca con el resto ayudará a establecer objetivos comunes, poder secundarse en el otro y valorar el trabajo de los otros. Además, podrá generar una cultura de colaboración que permita compartir recursos y respetar los roles asignados, aspecto fundamental para poder llevar a cabo todos los proyectos que se propongan.
- Responsabilidad grupal e individual
Al asumir metas y objetivos comunes, cada miembro se hace responsable de su parte del trabajo para contribuir a las metas comunes. De este modo, el aprendizaje colaborativo refuerza la autonomía individual, así como la confianza que todos los miembros están dando el máximo en la tarea que les fue encomendada. También permite promover valores como la responsabilidad y el trabajo en equipo.
- Habilidades interpersonales
Al igual que los alumnos se relacionan con compañeros diversos en el aprendizaje, el aplicar el enfoque colaborativo ayuda a mejorar las relaciones interpersonales y las habilidades sociales, tanto individuales como grupales. Así, la empatía, la participación, implicarse en los procesos y el diálogo se ven reforzados en el aprendizaje colaborativo. Por otro lado, el poder resolver conflictos en conjunto y tomar decisiones considerando todos los puntos de vista influyen de manera positiva en el trabajo y apoyo mutuo.
Colaboración con otros agentes de la comunidad educativa
- Colaboración con otras instituciones
Nuestra escuela mantiene una muy buena relación con las autoridades municipales del entorno, con el Ayuntamiento de Bunyola. En este caso, buscamos los espacios en que se nos permitiera extender una gran tela verde (para el croma) de más de cuatro metros e, inmediatamente, el regidor de cultura y deportes puso a nuestra disposición las calles del pueblo, y todo aquello que pudiéramos necesitar.
Aceptamos no solo estos espacios, sino también la oferta de la Possessió Biniforani Nou, realizada por un vecino de la localidad para la filmación de interiores. También mantenemos relaciones estrechas con las escuelas adscritas a nuestro centro, y concretamente con el CEIP Mestre Colom de Bunyola. Con ellos colaboramos en un curioso descubrimiento: la radio que usamos para una de nuestras escenas fue motivo de una investigación histórica que tuvo su repercusión en las redes sociales. La profesora e investigadora histórica de la localidad, Bàrbara Suau, realizó una magnífica búsqueda del origen de una vieja radio que aparecía en nuestra secuencia de los recuerdos de nuestro narrador, el abuelo Toni.
BÀRBARA SUAU FONT: LA CURIOSA HISTORIA DE ESTA RADIO DE BUNYOLA
Hace setenta años, Martí Palou Cabot, Garriguer, cuando era soltero trabajaba en La Comuna, de carbonero y también hacía otros trabajos de campo que le salían. Cada semana iba con el carro y la bestia a Palma a llevar el género a vender.
De camino a la ciudad por la carretera vieja de Bunyola se solía parar en un café, Cas Cabrit, cerca de la Indioteria, donde tomaba un café o una copa y abrevaba el mulo.
El dueño del café hacía una rifa semanal entre sus clientes. Un parroquiano cada semana le compraba el mismo número, con la esperanza de que algún día saldría premiado, pero se cansó, de no ganar. Un día que Martí Palou estaba en el café, aquel parroquiano renunció a comprar el número que siempre tenía reservado, porque «no ganaba nunca», dijo.
Martí, que no solía comprar números de la rifa, aquel día decidió comprar el número que no ganaba nunca, con tan buena suerte que a la semana siguiente su número ganó el premio: una radio y un «corte de traje» (un servicio de sastre para hacer una americana y unos calzones).
Martí se llevó la radio a su casa, en Bunyola. Él y su novia, Margalida Alenyar, Cabussona, mientras salían, ya se imaginaban aquella radio tan moderna en la nueva casa, una vez casados.
Tuvieron que esperar unos años para casarse, pero al preparar la boda fueron a ver al carpintero de Santa Maria que siempre había hecho, con madera de cerezo, todo el menaje de muebles a todos los novios de la familia y le pidieron un mueble para la radio.
La radio, que hizo pasar muy buenos ratos a la familia, tuvo un lugar de honor en la casa: una mesa baja de raíces de cerezo, hecha exprofeso. Los domingos, Margalida, Martí y sus dos hijas, Anita y Bàrbara, iban a ver a la abuela donde se reunían todos los Garriguers, pero al acercarse la noche madre e hijas partían deprisa hacia la suya, cogían una silla, apagaban la luz, y se sentaban alrededor de la radio. Era la hora en que se emitían las Fábulas Mallorquinas contadas por Francesc de Borja Moll. No estaban del todo a oscuras, porque la radio era tan moderna que llevaba luz incorporada.
La radio presidió muchas veladas familiares. Pero la televisión y las radios más modernas le tomaron el lugar y la desterraron. Ahora, después de muchos años de estar retirada, con polvo y manchas, se le ha concedido un lugar de honor en la casa de una de las hijas que tantas fábulas escuchó durante las veladas de la niñez, Anita Palou Alenyar.
Y mira por donde, esta semana, la radio ha sido la protagonista, en parte, de un trabajo escolar de uno de los nietos de aquella niña.
La producción audiovisual
• Històries petites www.youtube.com/watch?v=P-XB0WK1eqk
Conclusiones finales
La coincidencia de nuestra película, un alegato para desterrar estereotipos que asocian vejez con incapacidad, enfermedad o tristeza y que conducen a la exclusión y la soledad, con la situación vivida durante la posproducción (ya confinados, marzo de 2020) multiplicó su contenido.
Los protagonistas de nuestras pequeñas historias han sido, tristemente, los más aislados, los más frágiles y los que más han sufrido. Y sus voces envejecidas las más añoradas.
Y queremos destacar para cerrar nuestro dosier, la capacidad creativa, el talento y su contribución a la innovación de nuestros veteranos colaboradores. Por encima, si cabe, de su impresionante bagaje de experiencias y conocimientos... o quizás, precisamente por eso, especialmente imaginativos y creadores.
Un tesoro que no podemos perder.




Autor: José Juan Guijarro
Profesor coordinador del «Taller de cine» y responsable del proyecto audiovisual del IES Son Pacs (Palma, Mallorca).